"Las dos terceras partes de los medicamentos del mercado argentino no sirven". Así lo aseveró el presidente del Movimiento por un Sistema Integrado de Salud de Córdoba, Horacio Barri, quien disertó en la apertura del 4º Congreso de Secretarios Municipales de Salud de las Américas, que comenzó ayer en Rosario. El especialista mediterráneo también elogió el tratamiento de la salud pública en Rosario en cuanto a su gestión y a la producción de medicamentos. "Si la comparamos con Córdoba, Rosario es Cuba", señaló.
"Hay por lo menos dos tercios de medicamentos de eficacia nula, de eficacia dudosa, con combinaciones irracionales de drogas, y con perfil de riesgo inaceptable, es decir que matan", afirmó Barri ante el auditorio con respecto a esta anomalía, avalada por el Estado.
El cordobés disertó sobre "Políticas de medicamento. Uso de genéricos. Leyes de patente", junto a su par uruguayo Guillermo Castro y el coordinador de la Comisión del medicamento de Salud municipal de Rosario, Hugo Oteo.
El médico repartió las responsabilidades sobre el particular: "Existe una responsabilidad colectiva, y una particular del Estado", aseguró. Además, dijo que el "único modo" de que el Estado reaccione es bajo presión de la población. "Sólo responde cuando un problema es evidente, y la comunidad exige; si no, es una ficción", remató. Y agregó: "Es un mercado absolutamente irracional".
Para Barri "el problema de la irracionalidad" del mercado de medicamentos es un problema cultural con un andamiaje muy acendrado.
Y como ejemplo, se refirió en particular a los jubilados: "Son personas fuera del aparato productivo, que la sociedad los pone al costado y entonces el mercado de medicamentos les ofrece diversas cosas para funcionar", explicó. A renglón seguido señaló que "hay muchísimas cosas que se pueden tratar de otra manera, la palabra es fundamental, sin embargo se hacen tratamientos medicamentosos".
Como para que no queden dudas aseguró que aquellos jubilados que encuentran una actividad útil para hacer rejuvenecen 20 o 30 años. "Eso que pasa con quien deja de esperar la muerte, no lo hace jamás ningún medicamento", razonó.
Así, también criticó a la ley de genéricos. "El Estado no puede decir solamente que receten por el nombre, porque entonces se están recetando cosas que no sirven, muchos de ellos tienen un perfil de riesgo inaceptable", afirmó.
En el mismo sentido, dio cuenta de que no existe una ley de genéricos. "En la salud hay trampas culturales y de lengua. No hay genéricos en el país. Hay medicamentos originales, las licencias y las copias que pagan las patentes. Un cuarto grupo serían los genéricos que tendrían que tener una demostración y garantía estatal de que son exactamente iguales, que hacen el mismo efecto, que tienen la misma cantidad de drogas y de composición química, pero no es así", apuntó.
Con el mismo tenor puntualizó que el gobierno tiró de este modo la responsabilidad a los farmacéuticos y a los médicos. "Muchos recetan una marca conocida ya que la experiencia marca que ese fármaco da resultados. Pero la pregunta surge espontáneamente: «¿Quién nos da la garantía de que no hacemos macanas si cambiamos el nombre?», se cuestionan los profesionales", indicó.
Como Cuba
"Si comparamos a Rosario con Córdoba, realmente Rosario es Cuba en cuanto a la producción de medicamentos", afirmó. Pero también elogió a toda la gestión en salud.
Barri contó que Córdoba tiene la posibilidad de producir 50 millones de comprimidos, pero solamente fabrica un millón. Más aún destacó que la gestión municipal tenga políticas de atención primaria. "Es muy importante trabajar sobre la salud y no sobre la enfermedad", indicó.
El profesional también escuchó a los profesionales de la salud municipal quejarse por los bajos salarios. "Es cierto que los médicos dicen que cobran poco, y las autoridades aducen que no pueden modificar esta situación; en fin, lo interesante es que esté todo en debate. Porque el éxito de las políticas en salud depende del compromiso de la sociedad", remató.