| | cartas Nunca la sanción, siempre la educación
| Desde hace varios años estoy dictando cursos sobre cata e introducción al mundo del vino y las bebidas alcohólicas, tanto para aficionados como en escuelas que forman cocineros y pasteleros. En toda oportunidad que se presenta manifiesto el hecho de la falta de educación en niños, pre-adolescentes y adolescentes en materia de cómo y qué beber, cuando de alcohol hablamos. Siendo nuestro país quinto -si, quinto- productor mundial de vino, parecería mas lógico que el mentado y lógicamente ridiculizado tema de composición "la vaca" fuera sustituido por tema de composición "el vino". Con esto quiero referir que les enseñamos a nuestros hijos y alumnos a contar, leer, ser gimnastas y hasta educación sexual en algunos casos pero parece realmente loco si alguien menciona la importancia de enseñar a consumir alcohol a un joven. Y no es menester denominar el alcohol ya que no sabe beber ni el alcohólico ni el abstemio. No creo que ninguna norma sancionadora lleve a generar responsabilidad, ni que la prohibición sea la solución (la Ley Seca norteamericana debería servir como ejemplo). Como en tantos otros temas por no decir en todos, es la educación la que permitirá a los jóvenes y adultos a disfrutar de la bebida y a mantenerse en carriles del placer y no del desmán. Los ediles deben pensar en la prevención y la cultura y no en la sanción y la represión. Y muchas veces no hace falta estar alcoholizado para presentar proyectos descabellados. César Moreno, enófilo
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