El escándalo desatado por la incursión a páginas pornográficas desde las computadoras del Concejo Municipal copó la sesión de ayer en el Palacio Vasallo. La nota publicada el miércoles por La Capital desató una andanada de enfervorizados discursos. Algunos de los ediles apuntaron contra el enemigo interno que reveló el gasto de 13 mil pesos en teléfono y consultas por Internet. Otros en cambio, lo enmarcaron dentro del ámbito político. "Si existen operaciones políticas, le hacen un flaco favor a la democracia", sorprendió el edil radical Raúl Milano y su colega justicialista Fernando Burgoa advirtió: "Nunca vi ni siquiera una foto en la pantalla, esto hay que tomarlo en la lucha política que existe en la ciudad". El tembladeral comenzó tras la aparición de la nota en La Capital cuando se decidió instalar un programa informático para evitar que los empleados y los concejales puedan ingresar a páginas pornográficas o sitios desde donde se bajan temas musicales. La presidenta del cuerpo, Luisa Donni, ante la novedad solicitó que se revise el historial de las 85 PC y así intentar identificar a quiénes accedieron a las páginas calientes. Pero no alcanzó ya que también tomó estado público el gasto telefónico del Palacio Vasallo. En agosto la boleta llegó a 13 mil pesos mensuales y 11 mil en septiembre. Ayer, y tras haber sancionado varias normas de consideración (ver aparte), la sesión se transformó en una catarsis colectiva. "¿Qué investigación quieren hacer?", se preguntó el peronista Evaristo Monti, para agregar: "Debemos proclamar que aquí no hay libidinosos que se masturban frente a un monitor, ni morbosos que vienen a gastar electricidad a este cuerpo para enloquecerse con visiones pornográficas". Pero incluso, el concejal desafió a sus pares al señalar que: "Los que estén convencidos que comparten el recinto con individuos despreciables que lo digan así los echamos" y luego de un silencio como respuesta señaló: "Nos han perdonado la vida y hasta han sido benignos". Y hasta hubo otros que fueron por más, pero extendiendo el dedo acusador por fuera del Palacio Vasallo. "¿Cuál es el límite en los medios de comunicación?", se envalentonó y agregó: "Si se tienen los cojones para escribir notas, hay que dar nombres". Con los ojos inyectados en sangre, atacó: "¿Quién va a reparar el daño si mi hijo sufre las consecuencias de este operativo de prensa?". Para Rafael Ielpi, "han lanzado una mentira que no tiene retorno, una bola de excremento, donde en medios nacionales se han dicho barrabasadas" y propuso como antídoto "que cada concejal responda cada uno con su trayectoria". Raúl Milano interpretó el escándalo desde lo político. "Si existen operaciones políticas, le hacen un flaco favor a la democracia", reflexionó. A su turno Ricardo Marengo por el PPS opinó que el Concejo "ha sido injustamente maltratado" y por las dudas se atajó: "No existen pruebas de haberme conectado a un sitio porno".
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