Boca jugó en dos canchas. En la Bombonera enfrentó y le ganó, algún susto mediante, a un Talleres absolutamente inoperante en ataque por 1 a 0, antes, durante y después tuvo, especialmente, el alma y el cuerpo en Liniers, jugando por decirlo de alguna manera el partido que disputaba Independiente.
Los rojos perdieron con Banfield y entonces ahora, en las dos fechas que aún restan jugarse, los jugadores y Oscar Tabárez son los propios dueños de su destino.
El comienzo del partido fue un calco al jugado una semana atrás ante Arsenal, porque Boca jugó a todo ritmo hasta que hizo el gol, el que finalmente le daría la victoria.
Antes de ese gol, llegó a los 2 minutos, cuando Tevez tocó el balón hacia atrás, Guillermo la dejó pasar, y Cascini le pegó para permitir el lucimiento de Luis Islas. Dos minutos después Tevez se fue por derecha y al llegar al área sacó un remate fue desviado por Islas.
La siguiente oportunidad llegó a los 8 minutos, cuando Delgado, después de una buena jugada, sacó un remate débil de derecha que Islas contuvo sin problemas. En la oportunidad inmediata llegó el gol. Fue a los 9, cuando el Mellizo picó la pelota para la llegada de Delgado, el Chelo le dio de zurda y se fue a gritar con la tribuna.
Pasado el primer cuarto de hora Boca bajó el ritmo, empezó a compartir la pelota con Talleres, y el partido que había sido interesante en ese primer tramo comenzó a decaer y hacerse deslucido, porque Talleres, a pesar de manejar bien la pelota, no juntaba gente en ataque.
La mejor oportunidad para los cordobeses fue un tiro libre de César La Paglia, a los 16 minutos. El volante le dio de chanfle, por arriba de la barrera, Abbondanzieri alcanzó a tocar la pelota y esta dio en el travesaño.
Dentro del juego intrascendente, Boca tuvo una nueva oportunidad a los 40 minutos, cuando Matías Donnet hizo estrella la pelota en el palo izquierdo del arco defendido por Islas.
En el segundo tiempo dio la sensación de que Boca hizo todo lo posible para que Talleres le empatara. El equipo dirigido por Oscar Tabárez salió dormido y permitió que los cordobeses manejaran la mitad de la cancha.
De todas maneras Talleres siguió pagando el precio de su escasa potencia ofensiva, además nunca pudo encontrarle la vuelta a la trampa del offside a que lo sometió Boca.
Entonces, el partido nunca pudo salir de esa tónica. Talleres manejó la pelota y Boca se dejó estar, y para colmo de males a eso de los 26 minutos Horacio Elizondo expulsó a Hugo Ibarra presumiblemente por algún insulto.
El último gran susto, para los dirigidos por Tabárez lo vivió cuando el partido se moría. El Yerbatero González tuvo el gol del empate, pero perdonó. Después llegó el pitazo final de Elizondo y Boca pudo irse tranquilo, pensando en la llegada de un milagro. (DyN)
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La Ciudad
