Año CXXXVI
 Nº 49.666
Rosario,
lunes  18 de
noviembre de 2002
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Los muertos vienen cantando
Los discos póstumos, una moda con buenos dividendos en el mundo del rock
Hoy llega a las bateas "Brasinwashed", las canciones que George Harrison grabó antes de fallecer

José L. Cavazza / La Capital

Antes de decidir publicar "The John Lennon Anthology", dice Yoko Ono que se preguntó: "Se avergonzaría John de estas canciones?". Lennon, obviamente, no podía contestar desde el más allá a tamaña pregunta; Ono, lo mismo, editó el álbum. De todos modos, tan cierto es que los discos póstumos no dejan de saltar al mercado como que sus autores muertos no pueden abrir la boca para aprobar o desaprobar el resultado final. Algunos artistas son eternos y no sólo porque viven en el recuerdo de la gente gracias a sus grandes obras, sino porque a pesar de que hace ya tiempo "ven crecer las flores desde abajo", siguen sacando discos.
Por ejemplo, hoy llega a las disquerías de todo el mundo "Brasinwashed", el nuevo disco de George Harrison, a un año de su muerte. No es el primero ni será el último disco póstumo. El ex beatle grabó varias canciones en los últimos meses de vida que no llegó a terminar de producir. Esta tarea la asumieron su hijo Dhani y el músico Jeff Lynne, que comentó a la prensa que probablemente le dio al disco un tono más elegante de lo que Harrison hubiera querido. "Son grandes canciones. Por eso, lo siento George, pero las hice un poco más delicadas de lo que tú hubieras querido, pero sentí que así les hacía justicia". Otra vez el dilema del comienzo: ¿sentiría vergüenza George del "tono elegante" de su nuevo disco con sus últimas canciones?
La historia de los discos póstumos es tan vieja como rentable, y no respeta género musical, sexo ni costumbres. Todos los grandes muertos cayeron en las redes del álbum post-mortem, claro que sin saberlo y sin derecho a réplica. Desde las cintas encontradas y masterizadas de recitales de Charlie Parker hasta el disco inconcluso de Miles Davis, "Doo Bop", una mezcla explosiva de jazz, funk, rap y pop.
El rock es el género que más horas de grabación usufructuó de sus caídos. Desde la muerte de Elvis Presley hasta la del líder de Nirvana, Kurt Cobain, de quien se dará a conocer un tema inédito -"You know You're Right" en medio de un disco de grandes éxitos próximo a editarse-. Así, el rock cuenta en su haber desde rarezas, calamidades hasta excelentes discos como el que grabó Joey Ramone, el cantante de los Ramones, en sus últimos días de vida. La última aventura del desgarbado y miope Joey se llamó "Don't Worry About Me" y apareció a inicios de 2002, casi un año después de su muerte.
Salvo los más fanáticos, cualquier mortal que haya comprado el disco "An American Prayer" se sintió estafado. Tras la muerte de Jim Morrison en 1971, The Doors se reunió con un único fin: rescatar los poemas que Morrison había grabado cinco años atrás. Sobre las cintas originales (donde el cantante lee sus poemas) la banda anexó un fondo musical que incluye melodías históricas de The Doors. El resultado: un inmenso pastiche editado en 1978.
Anterior al álbum de cuatro discos compactos "The John Lennon Anthology", con más de 100 grabaciones inéditas del ex beatle (temas descartados en los estudios, tomas caseras, actuaciones en la TV y conciertos), Lennon ya contaba con dos discos póstumos, "Milk and Honey" (1994) y "Menlove Ave" (1986).
También el rey de reggae siguió editando discos tras su muerte en 1981. En mayo de 2002 la compañía Island reeditó cuatro discos de Bob Marley: "Rebel Music", "Talkin Blues", "Legend" y "Natural Mystic", en versiones remasterizadas con temas extras e inéditos, pero su verdadero disco póstumo fue "Confrontation", editado en 1983, con todos temas inéditos.
En julio del año pasado el bajista y líder del trío Morphine, Mark Sandman, murió sobre un escenario no muy lejos de Roma. Pocos meses después apareció el disco "The Night", trabajo terminado justo antes de que el hombre que tuvo la osadía de sacarle la guitarra al rock y poner en su lugar un saxo tenor pasara a mejor vida. Otro álbum póstumo "involuntario" fue "Pearl", el último registro de la cantante de blues Janis Joplin que fue editado tras su muerte en 1970 por una sobredosis de heroína. Se vendieron tantos discos que "Pearl" fue triple platino.
El álbum de Queen "Made in Heaven" se editó tras la desaparición de Freddie Mercury (murió el 24 de noviembre de 1991 a causa del sida). No todas las canciones del disco son nuevas, ya que algunas son composiciones anteriores de trabajos en solitario de algunos miembros de la banda, pero todas fueron grabadas nuevamente para este disco. Por ejemplo, el tema que da nombre al LP es una obra de Mercury, que incluyó en su disco solista del 85. Otro ejemplo es "More Than a Woman" de la cantante Aaliyah (falleció en un accidente de avión en agosto de 2001), disco póstumo que ocupó a comienzos de este año el número 1 de las listas británicas.
Los discos póstumos de Jimi Hendrix superan a los de cualquier artista, entre ediciones piratas y oficiales. Desde su muerte en 1971, se calcula que alrededor de 100 discos fueron puestos en el mercado negro con el rótulo de "canciones nunca conocidas de Jimi Hendrix". Quien mayor provecho sacó de este legado, fue un productor llamado Alan Douglas. Entre las buenas producciones se encuentra "Jimi Hendrix: blues", con las mejores piezas del género negro cortadas por la electricidad demoledora del guitarrista. Entre las malas, Douglas alteró sistemáticamente el material original para sacar discos de mayor atractivo comercial, aprovechando la tecnología para mezclar junto a la guitarra de Hendrix nuevos arreglos instrumentales de sesionistas desconocidos. La familia de Hendrix, que demandó a Douglas, lanzó hace 30 años al mercado "First Rays of the New Rising Sun", aquel mítico álbum doble y conceptual que el guitarrista dejó inconcluso con su muerte. Es cierto también que el disco fue lanzado parceladamente en tres LPs a partir de 1971, con el fin de multiplicar las ganancias. Así salieron "The Cry of Love", "Rainbow Bridge" y "War Heroes".
Lo cierto es que la muerte seguirá llevándose a su morada a los músicos (recordar la máxima goetheana que los rockeros hicieron suya: "vive rápido, muere joven y tendrán un bonito cadáver"), pero algunos de ellos continuarán editando nuevos discos y, en muchos casos, venderán más que sus colegas vivos.



A un año de la desaparición de Harrison salió un álbum.
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