Un joven ciruja que pasó un año preso, sospechado de haber participado en el crimen del empresario quilmeño Gabriel Ernesto Pellado, quedó libre por falta de mérito en la causa. A la vez la jueza que investiga el caso ordenó una prueba genética sobre restos de cabellos hallados en el auto de la víctima. Diego Pastor, de 20 años, fue detenido ante la sospecha de que estaba vinculado con los otros dos imputados por el crimen y que había trasladado el cadáver de Pellado en el carro que utilizaba para cirujear. Lo que ocurrió con Pellado es aún un misterio. El hombre desapareció después de cenar con un amigo en la zona norte de la ciudad la noche del 16 de agosto del 2001. Su auto, con manchas de sangre, fue hallado la mañana siguiente en la zona del balneario Vigil de Villa Gobernador Gálvez, detrás del frigorífico Paladini. Los investigadores policiales buscaron al hombre durante once días, hasta que su cuerpo apareció flotando en un canal cercano al arroyo Saladillo, cerca de la ruta que une Rosario con Villa Amelia, a unos mil metros de la autopista a Buenos Aires. Por el crimen del empresario permanecen detenidos Juan Carlos Valor y Nicanor Pereyra. Los acusados, que en cada instancia del proceso proclamaron su inocencia, vivían en la misma zona de Villa Gobernador Gálvez, una humilde barriada ubicada en la barranca del río Paraná, a la altura de Córdoba y La Rivera. La detención de Diego Pastor se originó en el relato de Felipa Zabala, testigo que cambió varias veces su versión sobre lo ocurrido. Al principio, la mujer dijo que su nieto le contó que vio un carro como el que usaban los Pastor con una carga que podría haber sido el cuerpo del empresario Pellado, cuya búsqueda se había convertido en el tema excluyente de los medios. Las incongruencias en los distintos relatos de la mujer, cuya validez como prueba fue objetada por los abogados de Pastor ni bien fue detenido, orientaron a la jueza para ordenar la falta de mérito y liberación del hombre. El otro elemento, que resultó fundamental, fue el resultado de una pericia realizada por Gendarmería Nacional sobre el carro. Las pruebas indicaron que no había ninguna evidencia física del traslado de un cuerpo sin vida en el carro. Ni sangre, ni cabellos, ni restos que no fueran de animales u objetos. El padre de Pastor, Juan, también quedó procesado en la causa aunque fue liberado por falta de mérito unos diez días después de su arresto, en diciembre de 2001. La familia Pastor vivía frente a la cantina de Valor y de la casa de Pereyra, los otros dos detenidos cuya participación en el crimen nunca fue aclarada. La única prueba contra los dos detenidos es el testimonio de un ex policía que declaró en tribunales pidiendo reserva de su identidad, quien dijo haber visto el auto del comerciante cerca de la casa de uno de los acusados. De acuerdo a ese testigo, que los abogados defensores coincidieron en calificar como dudoso, dos hombres bajaron del vehículo y obligaron a descender a un tercero. De la precisa descripción de los hombres surgió la acusación sobre Pereyra y Valor. Hasta hoy, la investigación no pudo hallar un móvil para el homicidio, no estableció dónde estuvo Pellado los días que permaneció desaparecido ni por qué sus captores esperaron varios días para asesinarlo. La única medida que aparece como pendiente en la investigación es el análisis de ADN de unos cabellos que fueron hallados en el auto del comerciante. Esos restos podrían servir como prueba en el caso de que los dos detenidos accedieran a someterse al mismo análisis para cotejar los resultados. La investigación sobre el extraño caso no avanzó sobre otras pistas y la causa, a casi un año de los procesamientos, podría pasar a sentencia con los mismos interrogantes.
| El cuerpo de Pellado fue hallado cerca del Saladillo. | | Ampliar Foto | | |
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