Año CXXXV
 Nº 49.661
Rosario,
miércoles  13 de
noviembre de 2002
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Procesadas por el brutal crimen de un empresario
Tres mujeres están acusadas por el asesinato de Norberto Bieler, envenenado en la capital provincial

Santa Fe.- El juez Dardo Rosciani dispuso el procesamiento de tres mujeres por el homicidio por envenenamiento del empresario Norberto Bieler, hecho ocurrido en la noche del pasado 10 de octubre, según trascendió ayer en los tribunales locales. El magistrado los consideró responsables del delito de homicidio agravado en forma múltiple, delito por el que sólo cabe la condena a prisión perpetua. Un remisero, que aparecía involucrado en el trágico episodio, ha quedado en libertad por falta de mérito.
Bieler, integrante de una conocida familia de empresarios de Santa Fe, mantuvo relaciones con tres mujeres jóvenes, muy ambiciosas y al mismo tiempo inexpertas viudas negras, las hermanas Vanesa y Lorena Fussy y la amiga de ambas, Josefina Rivero. Las Fussy son de barrio Santa Rosa de Lima, en el extremo oeste de la ciudad y Rivero vivía al norte de la ciudad. Tienen entre 22 y 25 años y todos los indicios las señalan como profesionales que frecuentaban a hombres de cierto nivel social, en clubes privados, en Santa Fe.
Bieler era un septuagenario, viudo, que de tanto en tanto habría mantenido relaciones con estas mujeres. Vivía solo en su casa de Alvear 3583, esquina Castellanos, frente al colegio Adoratrices y a una cuadra del tradicional bulevar Gálvez de la capital provincial, corazón del barrio Candioti, en el que viven familias de clase media acomodada.
Todos los indicios señalan que el empresario "se fue de boca" ante una de las tres detenidas a la que le contó, quizás jactanciosamente, que una operación inmobiliaria le había dejado 120 mil pesos, que en este caso para su desgracia no habían caído en el corralito bancario. Es dable pensar que se trataba de 120 mil dólares, una suma que alteró los nervios y el razonamiento de las viudas negras, al punto de haberlas decidido a apoderarse del dinero.
Decisión tenían y falta de escrúpulos evidentemente también. De la reconstrucción de los últimos días de Bieler se ha podido determinar que éste recibió la visita de tres mujeres -presumiblemente las que ahora han sido procesadas- tres o cuatro días antes de morir. Los investigadores sostienen que esa vez las visitantes intentaron adormecerlo con un somnífero que colocaron en su copa de vino, pero que Bieler no tomó por encontrarla turbia.
Frustradas en su tentativa, días más tarde las hermanas Fussy y Rivero buscaron ingresar a la vivienda por los techos, ya que no pudieron hacerlo por el frente (que tiene rejas en puertas y ventanas), para lo cual escalaron una pared. Pero este intento también fracasó.
Fue por eso que resolvieron proceder de la peor manera y en consecuencia le solicitaron a un conocido, al parecer un productor agropecuario, un agroquímico potente, presuntamente con el pretexto de que querían matar a un animal doméstico.
Con el agroquímico, un arma de puño, guantes quirúrgicos y hasta una jeringa inyectable, organizaron una visita formal a Bieler quienes las recibió en la fatídica noche del 11 de octubre último.
Inmediatamente después de ser recibidas, las mujeres dejaron de lado el papel de acompañantes sentimentales y tampoco se comportaron como "viudas negras" dado que, según se infiere, atacaron con violencia al septuagenario asestándole un culatazo en la cabeza.
Bieler intentó resistirse, pero fue rápidamente superado por las mujeres, quienes lograron reducirlo y sin prestarle atención pese a la abundante cantidad de sangre que perdía, lo ataron de pies y manos para trasladarlo luego hasta la cama. Allí, portando guantes quirúrgicos, una de ellas le aplicó la inyección letal y además le obligó a beber el veneno de un vaso, tras lo cual lo taparon con una manta.
El homicidio estaba consumado pero el motivo que las llevó al crimen, el dinero, no apareció por ningún lado. Luego de buscar y buscar, de revolver y revolver, las jóvenes decidieron dejar el lugar. El dinero buscado no estaba allí, pero sí 1.200 dólares que se encontraban muy bien escondidos y que por lo tanto las mujeres no hallaron.



La casa donde ocurrió el crimen, en Santa Fe.
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