| | cartas De taxistas y algo más
| Se evidencian a menudo, pero a veces no sabemos valorarlas, atestados como estamos por los problemas diarios. Sin embargo, la honestidad, las relaciones humanas, la solidaridad, como tantas otras actitudes de los hombres de bien, se cultivan de manera cotidiana...o se secan en un mundo dominado por la prisa, el miedo, la desconfianza y la lucha por la subsistencia. El viernes 8 del corriente, mi hermano tomó un taxi Peugeot 504 en Oroño y Córdoba, frente al sanatorio Parque para dirigirse a la sede de Empleados de Comercio (Corrientes al 400) y dejó en el auto una placa radiográfica imprescindible para un diagnóstico urgente que debían hacerle. Tomar una nueva radiografía significaba una erogación de tiempo que no beneficiaba para nada al paciente, porque el tratamiento dependía del resultado de dicha placa. Por suerte, a los pocos minutos el taxista entregó en mesa de entradas la radiografía olvidada, sin otra intención que la de ayudar al prójimo. Creemos que su apellido es Calvo o algo similar, porque así lo manifestó la persona que recibió el sobre, pero sea ese u otro el nombre de ese caballero, ¡gracias! Estas pequeñas grandes cosas nos reconcilian con la vida y con los taxistas. Marcela Corte
| |
|
|
|
|
|
Diario La Capital todos los derechos reservados
|
|
|