Año CXXXV
 Nº 49.660
Rosario,
martes  12 de
noviembre de 2002
Min 15º
Máx 24º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





La visión de una politóloga rosarina que vive en Nueva Delhi
Ana Siri: "En India la globalización funciona bien y coexiste con hábitos y tiempos medievales"
La especialista contrastó el desarrollo tecnológico del país con el sometimiento extremo de la mujer

Pablo Díaz de Brito / La Capital

Ana Siri, egresada de Ciencia Política de la UNR, vive desde 1996 en Nueva Delhi, la capital y tal vez la ciudad más cosmopolita de India, donde da clases en dos universidades como profesora invitada. Antes pasó tres años en los países del Golfo Pérsico. Todos lugares a los que llegó acompañando a su esposo diplomático. Siri destaca el avance modernizador que vio en India en apenas 6 años, pero deplora la condición de la mujer, que lleva a muchas a convertirse al islamismo para mejorar su vida.
Cuenta que "hoy India tiene una nueva clase media, que se fue formando en los últimos diez años con el crecimiento económico, que también fue intelectual, de gente que participa en el debate político. Esta nueva generación quiere una India distinta con gobernantes distintos. En los últimos dos años lo veo mucho en los estudiantes" (da clases en la Nehru University y en la Delhi).
-Este aspecto del crecimiento de la India es interesante: acá se sufre la globalización, ellos en cambio la han aprovechado para este desarrollo modernizante del que nace una nueva sociedad civil.
-Sí, exactamente. Y lo que es claro es que tienen objetivos, hay una política industrial, agropecuaria, de minería: India sabe a dónde va. Y con la globalización India ha mejorado muchísimo su industria: informática, automóviles, tractores y camiones, textiles. Por ejemplo, la única planta de autos de Mercedes Benz fuera de Alemania está en India. Además se ve mucha joint venture y hay un gran incentivo a las Pymes.
-Pero la geografía económica del país parece muy disociada. Por un lado todo este desarrollo, y luego grandes áreas que viven como en el siglo X.
-Totalmente. Yo diría que es un país medieval en promedio de vida. Hay tres conceptos clave para definir una sociedad medieval: el espacio, el tiempo y el movimiento. Y el tema del individuo no aparece, siempre es el grupo: la familia o el clan. Sobre el espacio: simplemente no hay, viven hacinados. Son más de mil millones. Y el movimiento: no hay espacios de privacidad y públicos, todo es un bloque, un río humano. Es el contraste del desarrollo nuclear, de satélites y de informática, con el elefante y el camello en la calle, con los carros tirados por búfalos que llevan las mercaderías. Lo moderno y lo medieval coexisten. Y pese a todo esto, el país crece. India es un universo múltiple donde de alguna manera el engranaje funciona. Ellos hablan de globalización porque están bien dentro de la globalización. Les hizo bien porque, por ejemplo, son muy buenos copiadores y lo capitalizan: en estos dos años, en que hubo mucha apertura, ya se ven productos locales similares a los que entraron del exterior. Y a un precio accesible al ingreso medio, cuando el importado era sólo para una elite. Cuando llegué, hace seis años, veía muchos autos ingleses antiguos, hoy ya no es así. Se nota el cambio en la manera de vestir y de comer. Las chicas de la universidad antes iban con sus saris, el atuendo tradicional. Hoy van en jeans y remera.
-Pero la condición de la mujer es difícil: hay 25.000 mujeres asesinadas por sus esposos anualmente porque no aportan la dote que exigen.
-Cuando salí del mundo árabe -que me fascinó- pensé que para la mujer era lo peor que podía existir. Cuando llego a India comienzo a ver que en la balanza de población faltan millones de mujeres. Y muchas se convierten al islamismo porque se sienten más protegidas que en el hinduismo. Como en el Islam, los casamientos son arreglados, pero en el hinduismo la dote la paga la familia de la mujer al marido, cuando en el Islam es al revés: el marido paga, no a la familia, sino a la mujer, y esos bienes serán su protección. En el hinduismo la dote de la mujer no termina nunca: constantemente la familia del marido presiona por nuevos aportes. Y cuando no hay acuerdo, sufren la mujer y sus hijas, con estos crímenes que usted citaba. Si la mujer tiene un varón, "cumplió", y la familia del marido la va a proteger. El problema es cuando tiene una hija: están condenadas las dos, son una carga para la familia, que sabe que cuando llegue a la edad de casarse va a tener que ofrecer una dote. En los diarios se ven constantemente avisos de seguros para esto: se aporta desde que nace la hija para que cuando decidan casarla ya tenga la dote cubierta. Una solución moderna a un problema medieval. Y prohibieron las ecografías, porque al detectar embriones femeninos los mataban. Cada aldea de India tiene su jefe: he visto a las niñas prostitutas consagradas en el templo de la aldea y el jefe de la aldea, o al pandhi o sacerdote, cuando a los 8 años ya selecciona a las futuras prostitutas. Toda la comunidad local las explotará de por vida, tal vez en una gran ciudad. Y también existe aún el sathi, que es la inmolación de la esposa en la pira funeraria del marido. Ha habido al menos tres casos en el último año. Está prohibido, pero la policía investiga si la viuda se inmoló "por propia voluntad" o impulsada por la familia, porque es vista como una carga.
-¿El sistema de las castas también está vigente y se lo percibe?
-Sí. Está prohibido constitucionalmente pero en el día a día existe. Es muy raro que los arreglos matrimoniales se hagan entre distintas castas. La condición de casta está viva en todos los niveles sociales y se entrama con la globalización sin problemas. Aunque en el nivel de profesionales universitarios esto puede cambiar. Pero ante un matrimonio no consentido, los chicos pierden todo contacto con sus familias. Estas suelen hacer un entierro figurativo de ese hijo o hija que los rechazó, para lavar la imagen y el honor dentro de sus comunidades. Lo he visto con alumnos míos. Están "muertos", los dan por muertos: nunca más verán a sus padres, ni hermanos, ni abuelos ni demás familiares.



Ana Siri, de la UNR a la Nebru University en India.
Ampliar Foto
Diario La Capital todos los derechos reservados