cartas

Los perros y la salubridad ciudadana

En la plaza de San Martín y San Luis observé que cruzaba la plaza una chica de 20 ó 25 años conduciendo un perro con su correa. Al llegar a cierto lugar el perro comenzó a husmear de un lado a otro y cuando lo consideró adecuado procedió a defecar. Y, ante mi más grande asombro y complacencia, la chica extrajo de entre sus manos un trozo de papel blanco que extendió. Se agachó y colocó el papel sobre los excrementos de su animal, hizo un paquetito y continuó su marcha, llevándose el paquetito. Este estado de complacencia me duró poco porque vinieron a mi mente los cientos y cientos de personas que sacan a pasear a sus perros, los hacen defecar sobre las veredas o en las plazas, pero nunca vi que levantaran el excremento de sus propios perros, a excepción de esta persona que acabo de relatar.
DNI 2.196.783