Desde que el pasado 8 de agosto su hijo fue asesinado de un balazo por un efectivo del Comando Radioeléctrico en un descampado de barrio Ludueña, Gladys de Gauna no tiene descanso. Intimidaciones, amenazas y burlas se han vuelto para ella y su familia algo cotidiano. Sin embargo, el colmo llegó el último viernes a la noche. En momentos que un centenar de familiares y vecinos realizaban una nueva marcha de silencio en reclamo de Justicia, un vehículo con dos hombres a bordo siguió a una de las hijas de Gladys hasta su casa, después hasta lo de una vecina y una vez más hasta donde la gente marchaba sin sacarle los ojos de encima y en una clara actitud amenazante. Gladys es la mamá de Carlos Angel Gauna, un muchacho de 20 años que el primer fin de semana de agosto cayó muerto por un disparo en la cabeza en un baldío de Urquiza y Larrea. Entonces, la policía dijo que el joven había protagonizado un enfrentamiento con el agente del Comando Radioeléctrico Rubén Darío Blanco, quien fue uno de los que llegó al lugar alertado por la alarma dada por un vecino que supuso un intento de robo a su vivienda. Sin embargo, amigos de Gauna que estuvieron con él cuando lo mataron afirman que nunca existió la voz de alto de los policías ni la identificación de éstos al momento de llegar y que en el descampado había algunos cirujas, uno de los cuales fue apresado. Lo que aún no está claro es qué hacían allí los chicos. Desde entonces, cada mes los Gauna encabezan una marcha por las calles de su barrio reclamando el esclarecimiento de la muerte de su hijo. Pero el último viernes, al cumplirse el tercer mes del hecho, algo inesperado quebró la tranquilidad de la movilización. "Mi hija de 17 años se separó de la marcha para ir hasta casa, necesitaba ir al baño. Entonces un Fiat Duna de color bordó la empezó a seguir de cerca y a paso de hombre. La nena se asustó mucho y en vez de entrar a casa fue hasta lo de una vecina mientras el auto no le perdía pisada y el conductor hablaba por un handy sin sacarle los ojos de encima", relató Gladys aún angustiada por la experiencia vivida. Tras ello, la joven Gauna empezó a correr para juntarse una vez más con la gente que marchaba por Santa Fe y Larrea. Al llegar contó a su mamá lo sucedido y la mujer lo hizo extensivo a un representante de la comisaría 12ª que participaba de la caminata. "Cuando con este hombre quisimos acercarnos al auto, el chofer hizo una brusca maniobra y se escapó del lugar. Por eso hice la denuncia en la seccional el sábado a la mañana y hoy la ratifiqué en Tribunales", confió Gladys.
| Gladys, la mamá de Carlos, encabeza las marchas.. (Foto: José Granata) | | Ampliar Foto | | |
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