Dos delincuentes que intentaron asaltar un comercio en barrio Moderno protagonizaron una violenta fuga en la que golpearon a un policía, se cubrieron a balazos y tomaron como rehén a un vecino al que sorprendieron en la puerta de su cochera y obligaron a llevarlos en su propio auto hasta una villa de emergencia de la zona. La policía apresó a los ladrones cuando se habían subido a un ciclomotor e intentaban esconderse en el asentamiento. Uno de los ladrones hacía un mes y medio que gozaba de un régimen de libertad condicional luego de haber purgado una pena por robo calificado. El episodio ocurrió en un locutorio y minimarket de Garay al 5600. El negocio es atendido por Anabella y su novio Alejandro García, un policía que presta servicios en la Brigada Motorizada de la Unidad Regional II, pero que anteayer estaba franco de servicio y se encontraba en el lugar. Ambos contaron a La Capital lo que definieron como una odisea. García exhibía en su cabeza los cuatro puntos de sutura que tuvieron que aplicarle debido al golpe que le efectuó uno de los maleantes. "Entraron dos tipos y enseguida sacaron sus armas. Uno parecía un pistolero de película porque tenía un fierro en cada mano. Y el otro nos encañonó con un (revólver calibre) 32", relató el policía. Uno de los ladrones pasó por detrás del mostrador y comenzó a sacar el dinero de la caja mientras su cómplice controlaba a los dueños del local encañonándolos directamente a la cabeza. Los delincuentes también le sacaron los anillos a Anabella y las zapatillas a Alejandro. "Uno de ellos sacudía el revólver de un lado para el otro, como si tuviera un temblor en la mano y nos acercaba el cañón casi delante de la nariz", describió la mujer. En ese momento, García advirtió que uno de los revólveres con que le apuntaban los delincuentes no tenía balas. "Entonces, me la jugué. Al otro delincuente le agarré las dos armas, una con cada mano, y ahí comenzó lo peor", recordó García. El asaltante y el policía se trabaron en un forcejeo tan violento que ambos terminaron contra una cafetera y derribaron varias estanterías. Entonces el otro ladrón, el que portaba el arma descargada, le pegó un culatazo en la cabeza al policía que le produjo una herida cortante. En ese momento decidieron escapar, pero en el apuro uno dejó caer al piso una de las armas. Mientras los ladrones cubrían su fuga a tiros, el agente los persiguió descalzo un par de cuadras, pero tuvo que detenerse porque estaba bañado en sangre por la herida en la cabeza. Los delincuentes siguieron a pie por Larrea hacia el sur hasta que llegaron a Uruguay. Allí sorprendieron a Juan Centurión, un vecino que vive a pocos metros de la esquina y que se encontraba sacando su automóvil de la cochera. Amenazándolo con sus armas, los ladrones lo obligaron a conducir hasta las vías de Felipe Moré y bulevar Seguí. "Arrancá y pisá al primero que se cruce en el camino", gritó uno de los ladrones con la respiración entrecortada por la corrida de casi tres cuadras. Al llegar a ese lugar, los maleantes arrancaron el estéreo al auto y dejaron en libertad a Centurión. Después se subieron a un ciclomotor Zanella con el que se introdujeron por los pasillos de una villa miseria justo cuando llegaban al lugar varios móviles policiales. Según informaron fuentes de la UR II, en ese sitio hubo otro tiroteo que no causó heridos y los ladrones fueron capturados. Uno de ellos fue identificado como Daniel Lastra, de 30 años, quien hace un mes y medio salió en libertad condicional luego de cumplir una pena por robo calificado en la cárcel de Coronda, según consignaron los voceros. El otro se llama Mauricio Ortigoza y tiene 20 años. Por otra parte, el ciclomotor con el que Lastra y Ortigoza intentaban fugar tenía un pedido de captura por haber sido robado días atrás en jurisdicción de la seccional 13ª.
| Un policía de franco se enfrentó a los delincuentes. (Foto: Angel Amaya) | | Ampliar Foto | | |
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