Pekín. - El presidente de China, Jiang Zemin, abrió ayer el Partido Comunista al nuevo capitalismo como mecanismo para preservar el poder, durante la inauguración de un congreso que tiene previsto dar paso a una nueva generación de líderes. Con el gigantesco símbolo de la hoz y el martillo como telón de fondo en la Sala Principal del Pueblo, Jiang Zemin rechazó el estilo occidental basado en la democracia multipartidista y dijo que el Partido Comunista no abandonará a los campesinos y obreros que lo llevaron al poder en 1949.
Sin embargo, el líder dijo a los 2.114 delegados que el partido tenía que adaptarse a los cambios económicos que han creado una nueva clase media más exigente, que han dejado a decenas de millones sin trabajo y que han ampliado la enorme brecha de ingresos entre las ciudades y el campo. "Debemos avanzar o nos quedaremos rezagados", dijo Jiang, flanqueado por los principales dirigentes chinos, entre ellos el hombre que se espera sea elegido como presidente del partido la próxima semana, el vicepresidente Hu Jintao. "Mantenerse con los tiempos" e "innovación" fueron las palabras clave en el discurso que delineó la política del partido para los próximos cinco años.
En el exterior, banderas rojas y pancartas en las calles se entremezclaban con los deslumbrantes edificios de oficinas y los centros comerciales, poniendo de relieve las tensiones entre el rígido sistema político chino y su rápido desarrollo económico hacia el sistema capitalista. El nuevo liderazgo ha sido escogido en completo secreto y destaca la sensibilidad de lo que se supone es la primera transición ordenada del poder en la China comunista.
En un gesto sin precedentes, el dirigente chino hizo un repaso a los 13 años desde su llegada al poder tras las manifestaciones de la Plaza de Tianannmen en 1989, que acabaron con un derramamiento de sangre y la purga del liderazgo, en vez de centrarse en los últimos cinco años, desde la celebración del último congreso. Jiang, sobre quien se decía a principios de año que mantenía reticencias para dejar el cargo, tampoco leyó el discurso entero, provocando especulaciones sobre su salud entre los periodistas chinos. "Permanecer de pie durante tres horas dando un discurso es duro incluso para los jóvenes", dijo.
Aggiornar el partido
Jiang Zemin instó al partido a seguir su teoría de los "Tres Símbolos", que indican que el partido simboliza el avance de las fuerzas productivas, el avance de la cultura y el avance de los intereses de la gran mayoría del pueblo chino. En un lenguaje aún más claro, el líder comunista dijo ante los más de 2.000 delegados reunidos en el Gran Salón del Pueblo que los empresarios privados, los gerentes y los empleados de la economía moderna no son enemigos, sino que también ayudan a construir el socialismo en China.
La teoría se añadirá a los estatutos del partido la próxima semana, permitiendo así formalmente el reclutamiento de empresarios privados, excluidos previamente por "explotadores capitalistas", y de otros sectores hasta hace poco políticamente incorrectos, dijeron fuentes chinas. "Deberíamos aceptar en el partido elementos avanzados de otros estratos sociales que acepten el programa y la constitución del partido", dijo Jiang.
El líder dijo que los nuevos "estratos sociales" incluyen a empresarios privados, empleados de firmas extranjeras y trabajadores independientes.
Los críticos hablan de un matrimonio entre el poder y el capital. A su vez, sector radical de izquierda ha acusado al dirigente de traicionar las raíces marxistas del partido desde que propuso el plan en el 80º aniversario del partido, el 1º de julio del pasado año. Pero los delegados al congreso, en general, dieron la bienvenida al mensaje.
Jiang también hizo un llamamiento a recomponer las conversaciones con Taiwán, suspendidas hace tres años, y se comprometió a luchar contra el terrorismo, la corrupción y los "cultos diabólicos", un término aplicado al prohibido grupo espiritual Falun Gong . (Reuters)