José M. Petunchi Gustavo Conti / Ovación
Si hubo un aspecto que no convencía a los hinchas de Central en el período en que César Luis Menotti estuvo como técnico fue la manera que tenía el equipo de defender. Que por momentos era tan previsible cuando atacaba como vulnerable cuando le tocaba retrasarse y defender. Uno de los viejos estigmas de los equipos dirigidos por el Flaco. Y uno de los dolores de cabeza más frecuentes para los simpatizantes de los conjuntos que dirigió. Por eso Miguel Russo, un entrenador rápido de reflejos, repitió su costumbre de empezar a armar el nuevo Central de atrás hacia adelante, poniendo especial énfasis en el orden y en cubrir los espacios en los últimos metros de la cancha. "A Central le hacen los goles más lindos", disparó el técnico a poco de arribar a Rosario dando a entender que pretendía desterrar esa situación. Esta metodología es habitual en los esquemas de Russo. Así lo hizo siempre en todos los clubes en los que estuvo y así lo hará seguramente en el futuro. Su receta apunta a lograr un equipo compacto, ordenado y corto, que achique los espacios en el sector defensivo y fundamentalmente que no sea sorprendido. "Tenemos que lograr que aún atacando no nos agarren mal parados", justificó Russo tras la práctica de fútbol del jueves. Precisamente en el primer partido de fútbol que hizo mostró algunas de las pautas que tendrá el equipo. Si bien por ahora jugará con línea de cuatro, la intención del DT es jugar con líbero y dos stoppers, un esquema que ensayó el miércoles. Pero por el poco tiempo de trabajo que tiene y por los jugadores que posee, por ahora prefiere inclinarse por lo seguro y parar a una línea de fondo tradicional. En lo que más hincapié hizo es en el orden, tanto a la hora de pasar al ataque como cuando se protege. Por momentos cuando el equipo esté en posición ofensiva, defenderá con tres por lo que en la previa no sucederá lo que pasaba con Menotti, que los defensores solían quedar mano a mano con los delanteros de turno. Y los laterales se sumarán al ataque en forma alternada. La idea también incluye un equipo mucho más corto, que no divida demasiado la pelota y que se haga fuerte a la hora de recuperar. Que trabaje en bloque y que presione en distintos sectores, pero sin quedar descompensado. En esto, a priori, se verá beneficiado el Rifle Castellano, quien con el esquema del Flaco quedaba muy a menudo expuesto a las contra y a los mano a mano con los delanteros rivales. El Negro Quinteros será el abanderado de la recuperación en el medio, pero estará secundado por un mayor compromiso de Cristián Pino en la marca -o de Papa, según a quien confirme el DT- y no tanto del mellizo Gustavo, quien junto a Pablo Sánchez serán los encargados de generar fútbol. Vitamina arrancará como doble cinco. "No hay margen para el error", reconoce Russo, quien sabe que estos cuatro partidos que tiene por delante son fundamentales para fortalecer el presente pero sobre todo para encarar el torneo Clausura 2003, que sellará la suerte canalla con el descenso.
| |