Saint Charles, EEUU. - El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, atacó a la senadora demócrata más débil del Congreso, Jean Carnahan, y salió en defensa del republicano más vulnerable, el senador Tim Hutchinson, en el impulso final de la campaña electoral que lo llevó ayer por cuatro Estados. Los demócratas, por su parte, apuestan al voto hispano en distritos como los del sur y Nueva York, y a desbancar de la gobernación de Florida al hermano del presidente, Jeb, con su candidato Bill McBride, que cuenta con buenas posibilidades. También apuestan a ganar otras gobernaciones clave. Se estima que los republicanos mantendrán su exigua ventaja en la Cámara de Representantes, pero que les será muy difícil lograr, como busca Bush, el dominio del Senado. Sobre 34 bancas senatoriales, hay seis de resultado imprevisible. De ahí que el presidente haya centrado su campaña en apoyar a los candidatos republicanos a esta Cámara. En otra jornada maratónica que comenzó en Cedar Rapids, Iowa, y terminó en Crawford, Texas, Bush continuó sus esfuerzos para borrar la mayoría que por una banca tenían los demócratas en el Senado (ahora están emparejados en 49, pero los demócratas suman dos independientes que votan con ellos: ver recuadro). En cada escala de su gira previa a las elecciones, Bush trató de ignorar la tradición en la política estadounidense por la cual el partido que ocupa la Casa Blanca tiende a perder bancas en el Congreso en las elecciones de mitad de mandato: 32 de los 34 comicios de mitad de mandato han significado un retroceso para el partido del presidente. En St. Charles, Missouri, Bush hizo campaña por el ex congresista republicano Jim Talent contra Carnahan, quien ha sido acusada de inexperta y que está luchando para mantener la banca que ocupó tras el fallecimiento en un accidente aéreo de su esposo Mel, quien superó a John Ashcroft en la elección anterior. Talent aventaja a Carnahan por un pequeño margen en los sondeos. Bush repitió este programa en otros Estados horas más tarde, en un verdadero maratón de última hora. En las elecciones de hoy están en juego los 435 escaños de la Cámara, como también 34 de los 100 del Senado y 36 de las 50 gobernaciones estatales. La Cámara de Representantes actualmente tiene 223 republicanos, 209 demócratas, un independiente que vota con los demócratas y tres vacantes demócratas. Además, se votará en estos comicios a mitad de camino del período presidencial a los miembros de parlamentos estaduales y comunales, así como los cargos de jefes policiales (sheriff) y fiscales. Las mejores posibilidades de los demócratas están en la elección de gobernadores, de los que se renuevan 36 sobre un total de 50. Hasta ahora, los republicanos tienen 27 gobernaciones y los demócratas 21, en tanto que dos están en manos independientes. Los demócratas tienen grandes posibilidades de éxito en Estados grandes, como Florida, Illinois, Michigan, Iowa y Pennsylvania, además de Arkansas, Kansas y Nuevo México. Los ciudadanos también tendrán que dar su respuesta a unas 200 consultas populares. Entre ellas se cuentan la propuesta de generalizar la cobertura de salud y la de identificar los alimentos genéticamente modificados, en Oregón; la de despenalizar el consumo de marihuana para fines medicinales, en varios Estados, y la de permitir casamientos entre personas de igual sexo, en Nevada. Están habilitados para votar 130 millones, pero se prevé que de ese universo sólo un 38-40% concurrirá a las urnas.
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