El presidente Eduardo Duhalde advirtió ayer al titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Köhler, que la Argentina no está dispuesta a pagar los próximos vencimientos con los organismos internacionales de crédito con las reservas para no afectar el equilibrio conseguido en materia económica. El jefe de Estado parlamentó ayer por teléfono durante media hora con el número uno del ente y con el director para el Hemisferio Occidental, Anoop Singh, para reabrir las conversaciones empantanadas en Washington la semana pasada.
Decidido a encabezar las negociaciones y en la cuenta regresiva de un vencimiento con el Banco Mundial por 850 millones de dólares para el próximo 14 de noviembre, Duhalde enfatizó que no está dispuesto "firmar nada" que entorpezca la incipiente reactivación y ratificó su postura de no resignar algunos aspectos clave que lleva adelante su gobierno, especialmente en materia fiscal y monetaria.
Köhler le reclamó a Duhalde un "acuerdo político" de la dirigencia argentina en torno a la carta de intención, pero el jefe de Estado insistió con un argumento que ya había hecho valer la semana pasada el ministro de Economía, Roberto Lavagna en Washington. "Les dije que no se puede firmar nada sobre algo que aún no existe. Además, les aclaré que, en la Argentina no tenemos candidatos a presidente, sino precandidatos", subrayó el mandatario.
Como corolario de la charla, el FMI se comprometió a enviar a la Argentina sus planteos y modificaciones al borrador de carta de intención, que el presidente se comprometió a estudiar con detenimiento junto al ministro de Economía, Roberto Lavagna.
El Fondo Monetario anticipó que estas nuevas propuestas destinadas a ser incluidas en una carta de intención, tienden a robustecer el equilibrio fiscal y monetario para que los compromisos asumidos por el país puedan ser cumplidos.
El principal argumento del gobierno nacional es que no está dispuesto a tirar por la borda el equilibrio financiero trabajosamente logrado luego de una depreciación del peso del 70 por ciento. El peso lleva más de cuatro meses de estabilidad por una estricta política del Banco Central (BCRA) que capta casi la totalidad de dólares que ingresan al país.
Cuando el FMI apunta al aspecto monetario, en rigor sugiere desmantelar esa estrategia que consiste en obligar a los exportadores nacionales a liquidar casi la totalidad de sus ventas en dólares al BCRA, una metodología que según el Fondo resta negocio a los bancos privados y genera una estabilidad artificial del peso.
El presidente Duhalde respaldó ayer a Lavagna al señalar que algunos de los reclamos del organismo financiero "son riesgosos", como un eventual aumento de impuestos. "Algunas cosas que nos solicitan a último momento (de parte del FMI) creemos que son muy riesgosas para la economía argentina", dijo el presidente y se manifestó contrario a incrementar la presión impositiva sobre la población.
"Aumentar hoy los impuestos en el momento en que se está poniendo en marcha la actividad productiva en la Argentina lo consideramos negativo, y por el contrario, nos parece que tenemos que bajar alguna alícuota en materia de IVA para dar impulso a la producción", aseguró el presidente.
"En la primera etapa del gobierno de Fernando de la Rúa el FMI pidió un aumento de impuestos y eso fue una de las determinantes para que comenzara un proceso muy negativo para la Argentina", recordó el presidente.
Las reservas no se tocan
El presidente Duhalde le aclaró además a Köhler que el gobierno no pagará con reservas los vencimientos que debe afrontar con el Banco Mundial. "No podemos hacer frente (a los vencimientos) con las reservas. Ya hemos pagado este año mucho dinero, no podemos seguir poniendo reservas porque, no podemos poner en riesgo la estabilidad que se ha logrado", sentenció el primer mandatario.
La movida de Duhalde buscó meter presión sobre las negociaciones habida cuenta que la Argentina entra esta semana en la cuenta regresiva de un default. De todos modos, el presidente se mostró convencido de que esto no se hará a costa de cualquier cosa. "Nuestra reinserción en el mundo es indispensable. Argentina tiene como objetivo romper el aislamiento, pero si esto nos ocasiona mayores dificultades que beneficios no me parece que sea momento de tomarla".
La sombra del default
Dentro de diez días vencerá la prórroga automática de 30 días para el pago de bonos con garantía del Banco Mundial, que a mediados de octubre fue motivo de preocupación pública ante el temor de que el país entrara en cesación de pagos con los organismos multilaterales de crédito.
La prórroga automática trasladó ese riesgo para el 14 de noviembre, sin que en ese lapso se hayan registrado avances de significación en la relación con el FMI, lo que reanuda el debate sobre cómo afrontar ese compromiso, pagando con reservas o cayendo en el default.
Duhalde negó también que hubiera un "Plan B" por si no se concreta un acuerdo con el Fondo, y señaló que "el plan A es el que está en marcha, que anda bastante bien".
De todos modos, el presidente señaló que el gobierno "está trabajando" a fin de renegociar los vencimientos que debe afrontar con el FMI por 14.000 millones de dólares y consideró que las diferencias que quedaron plasmadas luego del viaje de Lavagna a Washington, no constituyen "un pasó atrás" en las negociaciones.
La firma que no llega
Duhalde expresó su convencimiento que el acuerdo finalmente se va a firmar durante su gestión, pero aclaró que "es una negociación y en toda negociación necesitamos ponernos de acuerdo".
Luego de su conversación con Köhler, Duhalde precisó que "Argentina va a seguir negociando, más allá de que podamos llegar a un acuerdo ahora".
Por otra parte, mostró su oposición a los reclamos del Fondo Monetario de concretar un aumento tarifario de entre el 20 y 30 por ciento para los servicios públicos. "Argentina tiene una legislación que establece cómo se pueden ajustar las tarifas, como lo estamos haciendo, y tenemos que seguir ese procedimiento", aclaró el mandatario.
La Ciudad
