"Somos unos empecinados optimistas en que hay que revalorizar la ingeniería como carrera. Estamos obligados a este optimismo no sólo pensando en nuestras unidades académicas sino también en el país", expresó categórico el decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional de Litoral, Cristóbal Lozeco.
La declaración de Lozeco es consecuente con el panorama por el que particularmente atraviesan las carreras de ingeniería como consecuencia de la crisis económica del país. Por eso insiste en afirmar que "para crecer, el país tiene que apostar a la educación, la ciencia y la tecnología; y pnsando en las profesiones, a la ingeniería". Una muestra clara de esta preocupación es que en 1970 cuando se crea en la UNL el Departamento de Hidrología General y Aplicada, ingresaban a las carreras afines entre 150 y 200 alumnos por año. Hoy se inscriben entre 15 y 20 estudiantes.
Las cifras muestran las contradicciones de la crisisi, porque además de ser una carrera orientada a las necesidades de la región, según advierte el decano Lozeco, quienes siguen ingeniería en recursos hídricos, tienen asegurada su inserción laboral aún antes de egresar.
La Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la UNL fue creada como tal en 1985. Con ese perfil de institución es única en Latinoamérica. "Se busca formar un profesional capacitado en todas las facetas que tienen que ver con todos los recursos hídricos, tanto en la evaluación y cuantificación de los recursos como en los aspectos relacionados con el diseño de obras, planificación y gestión de esos recursos", dice Lozeco cuando habla del egresado que se busca en esta especialidad.
Trabajos de investigación
Tal como recuerda el decano, el surgimiento de la carrera de ciencias hídricas en los 70, coincide con el auge mundial de la hidrología como ciencia y con un importante desarrollo de los recursos hidráulicos en la Argentina. Tampoco es casual que la UNL se decida a la creación de estos estudios, si se considera que está ubicada en una zona poseedora de una riqueza hídrica que representa el 90% de los recursos totales del país.
Desde entonces, la facultad se ha sumado directa o indirectamente a la participación de proyectos y obras que tienen a los recursos hídricos de la región, entre ellos el Puente Rosario-Victoria, la Hidrovía Paraná-Paraguay, La Picassa, el diseño de la Red Hidrometeorológica Nacional, el acueducto río Colastiné-Santa Fe, entre otros.
Más allá de la participación de la facultad en obras más recientes, sus actividades de investigación tienen sus orígenes en el año 1974, cuando comienza a desarrollarse el programa "Bajos Submeridionales", que pone énfasis en temas de hidrología de llanuras. Se marca así -señala el decano- el punto de partida para el desarrollo de nuevas líneas, principalmente en hidrología e hidráulica fluvial, que constituyeron la base de la actual estructura de los proyectos de investigación de la facultad.
Además de ingeniería en recursos hídricos, en esta facultad de la UNL se cursan las carreras de hidrómetra, perito topo-cartógrafo, ingeniería ambiental, ingeniería informática, licenciatura en cartografía y analista en informática aplicada.
Unos mil estudiantes circulan por estas ofertas académicas; aunque la matrícula es bastante heterogénea, ya que el 80 por ciento se la lleva la ingeniería en informática. En un número significativamente menor, entre 45 y 50 alumnos, ingresan por año a la ingeniería ambiental y entre 15 y 20 a la de recursos hídricos.
La Ciudad
