Año CXXXV
 Nº 49.647
Rosario,
miércoles  30 de
octubre de 2002
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Unos 40 alumnos integran el coro de la Escuela Nº 404 Lisandro de la Torre
Adolescentes unidos por el placer de cantar
La apuesta es al desarrollo artístico de los estudiantes

Unos 40 adolescentes de la Escuela Nº404 Lisandro de la Torre de Rosario formaron su propio coro. La iniciativa la tuvo hace dos años el profesor de música Sergio Foresi, que apenas la hizo extensiva a sus alumnos la tomaron encantados. Para el docente, además de enseñar su materia, es la "oportunidad de demostrar que a los jóvenes les gusta cantar y que no es verdad que nada les interesa". El coro ahora sale de los salones y recorre actos y eventos en distintas salas y teatros de la ciudad.
Con una entonación envidiable el grupo canta "Resistiendo" de Teresa Parodi. El tema desata la charla sobre los gustos musicales de los jóvenes y las propuestas de la escuela. Si bien la mayoría de los chicos asegura que prefiere la cumbia villera, el rock y el punk rock, ninguno de ellos se muestra disconforme con aprender a cantar canciones corales y folklóricas. Paula es la que se anima y confiesa que le gustaría que el repertorio musical se ampliara a otros géneros y canciones.
Según el docente que coordina esta actividad expresiva, Sergio Foresi, la oportunidad en la escuela es para que los chicos conozcan otra música y se difunda "la que es nuestra". Pero también entiende que el coro es la ocasión para que sus alumnos se desarrollen artísticamente.
Las prácticas de coro las hacen una vez a la semana y suman más horas cada vez que les toca "salir" de la escuela a algún acto donde los inviten. La mayoría pertenece a los últimos años de la escolaridad básica, y en general todos se lamentan "porque las horas de música -según los planes de estudio vigente- se cortan en el polimodal".
"Yo me acerqué al coro por mis amigas, pero ahora me quedo porque me gusta", dice Julieta, de 8º año, como forma de reconocer que tuvo una oportunidad de cantar en la escuela. Valeria de 9º año de la EGB no titubea en darse a conocer cuando la pregunta pasa por saber quién toma el paso por el coro como una profesión futura. En cambio Walter y Florencia confiesan que les da "algo de vergüenza" cantar para otros, sobre todo cuando esos otros son sus compañeros de escuela. Más allá de las vergüenzas ocasionales, escuchar al coro integrado por los adolescentes de la Escuela de San Luis al 2800, es una invitación certera para que otros colegios lo imiten.



Los chicos pasean sus voces por salas y teatros.
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