Laura Vilche / La Capital
"El año pasado, cuando aún estaba De la Rúa en el gobierno, me preguntaban si los argentinos habíamos tocado fondo. Yo decía que podíamos estar un poco peor, pero me equivoqué: estamos en un pozo, mucho peor de lo que imaginaba". Lapidario. Así suena el diagnóstico del escritor Marcos Aguinis sobre el escenario político, social, cultural y económico de la Argentina actual. En diálogo con La Capital Aguinis habló de responsables y responsabilidades, de gobernantes y gobernados, y de los defectos de los argentinos y su futuro. "Debemos optar entre un país serio o seguir con el populismo", planteó.
Pasado mañana, a las 19, el autor de "La Cruz invertida", "La gesta del marrano" y "El atroz encanto de ser argentinos" vendrá a Rosario para hablar sobre el pensamiento nacional actual en el auditorio de la Fundación Libertad (Mitre 170).
-¿No es ambicioso querer describir el "Panorama del pensamiento argentino actual" sólo en una charla?
-El título es pretencioso pero refleja un anhelo intenso de la sociedad argentina: salir del estado de confusión y perplejidad que genera habernos hundido tan rápidamente en este pozo.
-¿Lo peor de la crisis ya pasó?
-Tenemos dos alternativas: ir hacia el progreso, las reformas profundas, o seguir en el populismo, sentados en un tobogán que nos hace caer cada vez más. Nuestra mentalidad colectiva está enajenada por el ideal populista, esto es creer que un salvador milagroso brindará todos los beneficios de una sociedad de bienestar desde un Estado ficticio.
-¿Buscamos un padre?
-Sí y al mismo tiempo cerramos los ojos ante un padre que es perverso, corrupto, ladrón y mentiroso.
-¿Por dónde debería pasar el cambio?
-Por las reservas morales. Las ONG, los actos solidarios y los millones de argentinos que sufren y se desesperan al ver qué pasa.
-Cayó la imagen de la institución militar, luego fue el turno del Congreso y de la Corte Suprema. Por estos días integrantes de la Iglesia Católica están acusados de delitos de abuso sexual y también los medios de comunicación tienen mala imagen por como trataron el tema. ¿Es que ninguna institución argentina quedará en pie?
-Esta pregunta ya la contestó Borges hace tiempo. Dijo que los argentinos tenemos una gran dificultad para la abstracción, que vivimos en el pensamiento concreto y por eso no podemos entender el valor de las instituciones. Siempre las confundimos con las personas, con los nombres propios. Y esto lleva a no poder construir instituciones fuertes y explica la corrupción, porque robarle al Estado es para muchos robarle a algo prácticamente inexistente. Ahora, si uno le mete la mano en el bolsillo a alguien, ahí salta toda la sociedad porque hay un ataque concreto al hombre, al individuo. Pero mientras se asaltaba a la instituciones, mientras la Corte Suprema aumentaba de cinco a nueve miembros, mientras había diputruchos que votaban, mientras había coimas en el Senado, la sociedad no salió a la calle.
-¿Qué opina de la consigna "que se vayan todos"?
-Que es otra actitud infantil. Es pedir un imposible. ¿Qué queremos cuando decimos eso? ¿Que haya un golpe militar? ¿Que nos gobierne las Naciones Unidas?
-¿El voto en blanco es una alternativa?
-Es un voto irresponsable porque se pierde el derecho a protestar. Entre todos los candidatos hay algunos pocos que son serios y decentes, allí hay que votar.
-¿Qué le provocan las denuncias contra el arzobispo Edgardo Storni y al padre Julio Grassi?
-Dolor. La Iglesia Católica es quizá la única religión con una organización vertical tan fuerte como para controlar a sus integrantes, pero comete el error de hacer mal uso de ciertos secretos e intimidades, porque han servido para cubrir los delitos más que para castigarlos. Si hay una conducta perversa en juego hay que sancionarla, expulsar a quienes la realizaron, no cambiar a los sacerdotes de parroquia, como pasó en Estados Unidos.
-¿Eliminar el celibato es una solución a estos temas?
-Ayudaría, pero no nos olvidemos que en instituciones donde no hay celibato también hay abusos. Claro que en muchas vocaciones sacerdotales el celibato en lugar de ser un llamado vocacional genuino, da curso a una perversión latente.
-Usted recibió el elogio del fallecido director de cine español Luis Buñuel por su obra "La Cruz invertida". Eso debe ser un orgullo.
-Sin dudas.
-¿Y qué tal recibe las críticas?
-¿Por ejemplo?
-Algunos dicen que usted es "gorila".
-Es una forma poco correcta de criticar. Es colocar una etiqueta en lugar de discutir argumentos. Además se confunde la palabra gorila, que se la asocia con lo antipopular, como queriendo decir que quien critica los vicios del peronismo es antipopular. Y hay muchos peronistas que son antipopulares, si no pregúntele a María Julia Alsogaray.
-¿Y qué le dice a quienes lo acusan de integrar una lista de beneficiados por una jubilación de privilegio?
-Que hice aportes por 40 años en la Caja de Autónomos, en la Caja de la Universidad de Córdoba y en la de los médicos de esa provincia. Además, no fui funcionario por una semana, sino por cinco años y ochos meses, y eso se suma a mis aportes. Ya hice una aclaración pública de este tema hace dos años, pero entiendo que la gente insista, la rabia es comprensible. El lema parece ser, "si todo está sucio, ensuciémonos todos". Y esto es negativo, lleva a que nadie decente quiere ocupar un cargo público.
-Hablando de cargos públicos, ¿es verdad que Ricardo López Murphy le ofreció ser el candidato a vicepresidente de su fórmula?
-Sí, pero no acepté porque no tengo madera para político ni paciencia para negociar con los senadores. Como escritor soy más útil.
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"No quiero ser político. Como escritor soy más útil". |  | Ampliar Foto |  | |
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