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Hagamos realidad una utopía

Todos los partidos políticos en general, sin distinción ni rango, tendrían que reunirse a dialogar y así poder encontrar la manera de no despilfarrar tanto dinero inútilmente en las campañas políticas, sin beneficio para nadie. Mis humildes y sencillas ideas son: que el dinero que gastan los partidos políticos en las pegatinas de afiches se vuelque en obras para la comunidad, en beneficio de todos los ciudadanos. Cada partido político elegirá las obras que ellos consideren apropiado realizar, por ejemplo: construir escuelas, hospitales, asilos, cárceles. Los de menores recursos harían su propaganda pintando, arreglando o amueblando escuelas, asilos. Si un partido político comienza una obra de gran magnitud, la seguirá haciendo lentamente hasta que en las próximas elecciones los partidarios que lo apoyan económicamente le darían el empuje para su finalización. A su vez con los fondos que ahorrarían las municipalidades y las comunas de la Nación al no tener que limpiar la "atroz" pegatina de las campañas políticas, lo invertirían en beneficio de los ciudadanos de cada comunidad y de esa manera habría mucho más trabajo para la gente. Cada obra sería la mejor propaganda de las intenciones hacia la grandeza del país, que todos los partidos políticos quisieran hacer. Otra de las proposiciones sería: que en las condiciones económicas en que hoy está nuestro país, los cargos políticos en general, ya sean senadores, diputados, concejales, etcétera, se reduzcan a un 50 por ciento. Tanto sean los cargos como los sueldos. Y que el presidente de la Nación no tenga más de cuatro a seis asesores pagos. Ya que tenemos los mejores científicos, nuestros notables que surgen de las altas casas de estudio, ellos podrán asesorar gratuitamente al gobierno elegido por el pueblo y de esta manera engrandecer a esta bendita y noble Nación.
Juan Carlos Ruiz Díaz