Hace 21 años, Marilina Ross y Sandra Mihanovich compartieron un concierto en una pequeña sala de San Isidro, en Buenos Aires. Dos décadas después volvieron a juntarse para armar el espectáculo "Tiempo de encrucijada", que presentan hoy, a las 20.30, en el Auditorio Fundación Astengo, Mitre 754.
"Yo había cantado muchos temas de Marilina, pero en realidad nunca habíamos compartido un espectáculo", contó Sandra Mihanovich en charla con Escenario, y añadió: "Nos pareció que esta era una buena época para sumar. Estamos juntas a partir de la admiración. Marilina es una mujer muy talentosa y carismática".
"Nunca fuimos grandes amigas, pero somos de vernos de vez en cuando -aclaró Marilina-. Yo siempre tengo ganas de juntarme con los demás, porque siento que sola no puedo. Yo no me siento una cantante, lo mío es hacer canciones. A Sandra me quedo mirándola cuando canta, me asombra lo que hace con mis temas".
El encuentro entre las cantantes fue una idea del empresario Lino Patalano, que en diciembre del año pasado las convocó para el espectáculo "Un lugar, un sueño", que se estrenó en el teatro Maipo. La serie de recitales se interrumpió en el verano por la crisis económica y social, pero se retomó este año con un nuevo formato y otro título: "Tiempo de encrucijada". En este show Sandra Mihanovich y Marilina Ross repasan temas de sus últimos discos solistas, versionan "Hipocresía" (de Rubén Blades), y reviven clásicos de su repertorio como "Puerto Pollensa", "Uno más uno", "Danza", "Me contaron que bajo el asfalto", "Escaleras mecánicas", "Mil veces lloro" o "Quereme, tengo frío".
"La idea es sumar dos personalidades y pasar un buen rato", explicó Mihanovich, y Ross agregó: "Nos llevamos realmente bien, nunca hubo ningún conflicto. No van a poder hacer promoción con las peleas".
Entre la lucha y la retirada
Las intérpretes decidieron estrenar su espectáculo conjunto justo cuando explotó la crisis del país. "Fue un sacudón muy fuerte, un terremoto -recordó Sandra-. Los argentinos creemos que nos pasó todo y no es así. La política está desprestigiada porque nos hemos permitido tener políticos que no han cumplido bien sus roles. Pero es una responsabilidad compartida. Debemos hacer un mea culpa y dejar de señalar al otro".
Con respecto a la crisis, Marilina aclaró que se siente una "privilegiada". "No tengo hambre, no tengo dinero en el corralito. Tengo para comer y para vivir. Soy una excepción. Siento una gran fe en mi país y en el poder de creatividad y de respuesta de los argentinos. Las asambleas, los grupos de trueque, la solidaridad que surgió no se lo imaginaba nadie", señaló.
La compositora, que sufrió el exilio en los años 70, dijo estar "preocupada por la gente mayor que se está yendo del país". "Un joven puede iniciar toda una vida afuera, pero a la gente mayor todo le queda partido en dos, y es muy difícil volver de eso. Yo, entre la lucha y la retirada, elijo la lucha", reflexionó.
Marilina, que trabajó en películas como "La tregua", "La Raulito" y "Piedra libre", viene de filmar dos cintas, "Manekenk" y "Fuego y ensañador", que por ahora están en el freezer por falta de presupuesto. La actriz aseguró que se siente "orgullosa" del llamado nuevo cine argentino, pero no puede decir lo mismo de la pantalla chica. "La televisión actual es muy mala. Ahora los políticos compran los canales y todo gira alrededor de la política. Nadie puede tener pensamiento propio y todos deben responder al que compró el canal", disparó.
Sandra, que sorprendió con su actuación en "Vulnerables", no tiene planes para volver a la pantalla chica, pero aclaró que se siente mucho más cantante que actriz. "La música es el eje de mi vida, y por ahí me atrevo a laburar como actriz, desde el lugar de intérprete -contó-. Ahora el trabajo actoral me da placer. En los años ochenta, cuando filmé las primeras películas, sufría muchísimo, estaba muy insegura. Cuando llegó el momento de «Vulnerables» ya estaba más relajada y pude disfrutarlo tranquila, a pesar de que era un desafío".
Hace días se cumplieron 20 años de los históricos recitales de Sandra Mihanovich en Obras (fue la primera mujer en tocar en ese estadio). "Eso fue muy loco -recordó la cantante-. Fue producto de la picardía y el ingenio de quien era entonces mi productor, Ricardo Kleiman, que me propuso tocar en Obras cuando yo en realidad todavía no había actuado en ningún teatro. En ese momento estaba en ebullición la música nacional, y no importaba si eras rockera o no, si eras hombre o mujer", recalcó.
De todas formas, la intérprete de "Prohibido prohibir" aseguró que no extraña los años 80. "Recuerdo con alegría y con placer haberlos vivido. Pero me gusta más pensar en lo que hay por hacer. No me gustaría repetirme", afirmó.
Marilina, en cambio, aseguró añorar los años 70. "Extraño el creer que íbamos a cambiar el mundo. Y no lo cambiamos", aclaró entre risas. "Ahora creo que el mundo no se cambia desde afuera, se cambia desde adentro de cada uno", agregó. La cantante dijo que nunca se sintió olvidada. "Me siento muy querida y respetada. Me sorprende que admiradores de 17 años me manden cartas. No sé de dónde salen", se asombró.
Hace poco la vida de Marilina cambió por completo cuando sufrió un infarto. "Fue un susto. Tuve que dejar de fumar, hago una dieta especial y trato de no tener disgustos, lo que es muy difícil", arriesgó. A pesar de todo, la cantante tiene planes para seguir de gira junto a Sandra y para grabar un disco con canciones de otros autores.
El juego de la vida privada
Sandra también está trabajando en la selección de canciones para un nuevo álbum, que piensa entrar a grabar antes de fin de año. Su último compacto, "Todo tiene un lugar", ganó un premio Gardel a la mejor producción femenina pop y un Martín Fierro por el tema "Sobrevivientes". "Mis discos no se caracterizan por tener hits, pero permanecen, no son efímeros, forman parte de un catálogo", enfatizó, y agregó: "Para durar hay que ser coherente. Permanecer en el tiempo tiene que ver con mantener un perfil, con hacer las cosas desde el corazón, y no para obtener determinado resultado".
La cantante rescató la experiencia de haber grabado dos discos con Celeste Carballo. "Aprendí un montón -reconoció-. Me contacté con muchos músicos, porque yo estaba en un camino más solitario. Ella se crió cerca de Charly (García), Fito (Páez) y (Andrés) Calamaro. Me sentí como un poco más integrada a esa escena", recordó.
Sin vueltas, Sandra se definió como una "feminista". "En la medida que exista el machismo, es necesario ser feminista -aseguró-. Lo interesante es la certeza de ser individuos iguales, con las diferencias naturales, pero donde no hay roles impuestos sobre el varón y la mujer. Hay que vivir en una sociedad donde armamos equipos, donde compartimos, donde elegimos con libertad", se explayó.
Sandra se mostró molesta con los programas de chimentos de la televisión que se refieren a su vida privada. "Muchos artistas hacen un show de su intimidad, se prestan a ese juego, pero yo no -aclaró-. A mí me gusta hablar de mi laburo, de la música, pero no me interesa contar si fui a bailar o si fui con una amiga al cine. Me mantengo al margen, no le doy ni cinco de pelota. Eso es tan superficial. Ni siquiera me interesa a mí, imaginate a los demás", remató.