El costado prostibulario de Rosario, que se esparció como mancha de aceite en distintos estamentos de la sociedad, todavía no deja de sorprender. A la luz de diversas investigaciones, surgió que la ciudad fue la primera -si no la única en el mundo- que tuvo una emisión de sellos postales ad hoc para el control sanitario de las meretrices que ofrecían sus servicios en las casas de tolerancia habilitadas por régimen municipal. Estas estampillas fiscal debía ser sellada para certificar los exámenes periódicos de las mujeres.
Ya desde 1874, los dueños de los prostíbulos estaban obligados a presentar una nómina de sus pupilas, las que tenían que someterse a una revisación médica cada ocho días, tanto sea en algún hospital como en una sala del establecimiento adecuada para ese trámite.
Las prostitutas, entonces, eran habilitadas para ejercer su metier según una libreta sanitaria, y cada revisación era certificada con una estampilla que funcionaba como impuesto fiscal, expresamente emitida por la Municipalidad para el Servicio Sanitario. Estos sellos, muy raros y poco conocidos, y a más de cien años de su creación, ahora habrían encontrado un lugar entre los clásicos de la filatelia.
Según anales médicos, otros países -como Portugal- habían utilizado estampillas para las libretas sanitarias, pero eran sellos ordinarios, según una investigación de la estadounidense Ann Triggle dada a conocer en 1996, el primer sello fiscal de inspección sanitaria de Rosario habría sido emitido en 1893. Su utilización se mantuvo hasta bien entrada la década de 1920.
Como un documento
No era extraño, entonces, que la libreta sanitaria funcionara como documento de identidad. Una ordenanza en 1900 estableció que esa libreta debía ser mostrada a los clientes para que se aseguraran de no contraer enfermedades venéreas.\Pero, era raro que los hombres pidieran ese documento, que por otra parte sufría cualquier tipo de adulteraciones, o eran intercambiadas por las pupilas, cuando no quedaban llenas y al solicitarse una nueva, se destruían los antecedentes infecciosos de algunas de las meretrices. Como sea, las libretas sanitarias sirvieron para bajar dramáticamente los casos de infecciones venéreas.\Aparentemente, las estampillas fueron emitidas cada año, con un color diferente en cada edición. Al inicio de su imposición, costaban 1,50 peso, y para 1902 aparecieron las de dos pesos. Las estampillas comunes de ese tiempo costaban entre cinco y diez centavos. Las primeras eran impresas en papel y con dibujos de filigranas. En 1895 se le agregaron números de control en tipografía negra.\En las estampillas se estampaban iniciales que describían la situación médica de la mujer examinada. "S" significaba sana, "E", enferma, y "O" u "Ob" que estaba "en observación", es decir temporalmente suspendida en sus actividades hasta nuevo estudio.