Año CXXXV
 Nº 49.643
Rosario,
sábado  26 de
octubre de 2002
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Una pericia avala la hipótesis sobre un crimen en los saqueos
Sostiene que la versión de un testigo es creíble. Según el relato, a Ricardo Villalba lo mató un policía

Jorge Salum / La Capital

Un testigo presencial, la autopsia de la víctima y una pericia balística son los indicios sobre los que se asienta la principal hipótesis en torno al homicidio de un chico que murió baleado durante el intento de saqueo a un supermercado el 20 de diciembre del año pasado: según esas pistas, habría sido asesinado a quemarropa por un policía que se encontraba reprimiendo a balazos a los manifestantes, algunos de los cuales también llevaban armas de fuego y disparaban contra los uniformados.
La víctima del caso es Ricardo Villalba, quien fue baleado en las inmediaciones de Casiano Casas y Washington, en la zona norte de la ciudad. Un testigo le contó al juez de Instrucción Osvaldo Barbero cómo habría sido su muerte y los otros indicios recogidos por el magistrado avalarían su relato.
Barbero intenta ahora encontrar más testigos presenciales del hecho y lleva a cabo pesquisas destinadas a tratar de identificar a los policías involucrados en aquel episodio. Cree que así tal vez pueda encontrar al homicida.
Según el testigo, que habló con Barbero hace varios meses, Villalba integraba un grupo de personas que aparentemente quiso saquear un supermercado. Cuando llegó la policía y comenzó a reprimir a tiros, los manifestantes se replegaron. Los incidentes igual se prolongaron y tres efectivos se desprendieron del resto.
Mientras los manifestantes retrocedían, Villalba siguió arrojando piedras contra los policías. Uno de los tres que se habían separado de los otros avanzó entonces unos pasos y continuó tirando.
El testigo afirma que vio cómo se inclinó, apoyó la rodilla en el suelo, se colocó en posición de tiro y disparó a quemarropa. No usaba un fusil con balas de goma sino su arma reglamentaria, una pistola 9 milímetros. En el mismo instante en que esto ocurría Villalba se desplomó. Una bala le atravesó el cráneo y lo mató.
Aunque en el lugar había muchas personas, nadie más se presentó a atestiguar ante Barbero y el juez está convencido de que es porque la gente tiene miedo. Frente a la ausencia de otros indicios decidió practicar algunas pericias para saber si la versión del testigo es compatible con el escenario del hecho y con la herida mortal del chico, que tenía 16 años.
Ahora ya sabe que la hipótesis resulta al menos verosímil. Una pericia realizada por técnicos de la Gendarmería Nacional reveló que los hechos bien pudieron ocurrir como lo contó el por ahora único testigo. Para eso fue fundamental la autopsia realizada por un forense al día siguiente del crimen: por el recorrido del proyectil dentro del cráneo de Villalba, y por las constataciones que realizaron en el lugar del hecho, los expertos dijeron que la hipótesis es absolutamente viable.
Según los peritos, el disparo pudo producirse desde una distancia menor a los 50 metros, que es la que el testigo calcula entre el tirador y la víctima. Barbero considera que por el recorrido ascendente del proyectil esa distancia tal vez tuvo que haber sido más corta, y si así fuera tal vez habría que revisar el relato del testigo.
Barbero intenta ahora dar un paso más en las pesquisas. Quiere saber a qué repartición policial pertenecía la dotación de uniformados que reprimieron aquel intento de saqueo, y quiénes la integraban. Por el lugar donde ocurrió sospecha que podrían ser efectivos de la seccional 10ª y hacia allí estaría orientada su búsqueda.
Además, el juez tendría un dato que podría convertirse en una pista en ese sentido: aquella jornada un policía de la comisaría 10ª habría sido herido durante un enfrentamiento con saqueadores. No descarta que haya ocurrido durante el episodio en el que murió Villalba y por eso está tratando de identificar a esa persona.
En total, siete personas murieron el 19 y 20 de diciembre del año pasado en Rosario. En todos los casos la hipótesis es que fueron asesinados por balas policiales durante la represión de saqueos o manifestaciones de personas indigentes que exigían comida.



La represión policial dejó en Rosario 7 personas muertas. (Foto: S. Suárez Meccia)
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