Río de Janeiro. - El candidato de la izquierda brasileña, Lula da Silva, duplica a días de la segunda vuelta en intenciones de voto al oficialista José Serra, y remató su imparable carrera a la presidencia de Brasil prometiendo un gobierno de "paz, entendimiento y negociación". Pero la inquietud de los medios financieros internacionales se mantiene alta, tanto por el historial del candidato izquierdista como por la complicada situación de la deuda brasileña.
Ganador de la primera vuelta el 6 de octubre con 47%, Lula tiene el 60% de las intenciones de voto para el domingo mientras que Serra, que en las urnas obtuvo 23%, cuenta con apenas 32% de las preferencias, según el instituto Ibope. El sondeo reveló un 5% de votantes indecisos y señala que el 79% de los electores dan por segura la victoria del líder del Partido de los Trabajadores.
Lula dijo ayer que heredará del presidente Fernando Henrique Cardoso una fuerte crisis económica y social y sostuvo que buscará acuerdos para hacer crecer la economía y dar trabajo, en un país con 7,5% de desocupación oficial. "El crecimiento es la única forma de generar empleos", sostuvo Lula quien ha prometido dar ocupación a 10 millones de personas.
En el cuartel general de Serra, delfín del presidente Cardoso, no se da por perdida la batalla y la plana mayor de la campaña se reunió ayer para encontrar la forma de salir a flote. Cardoso gastó ayer su último cartucho en favor de su devaluado delfín, al reunirse en la residencia presidencial de verano con los gobernadores y jefes de partidos que apoyan a Serra. Pero en tanto ya prepara activamente la transición: el martes se reunirá con el ganador del domingo y ya anunció la formación de un equipo de 50 funcionarios del gobierno y otros tantos del candidato ganador para dar forma a la transición, que será prolongada: el poder se transferirá el 1º de enero.
En las dos semanas transcurridas desde el primer turno, Lula declinó invitaciones a confrontar mano a mano con Serra. Sólo aceptó participar con Serra en un programa que se realizará ante las cámaras de la red Globo de televisión la noche de mañana. Serra y Lula no confrontarán entre sí sino que responderán preguntas formuladas por un grupo de entre 50 y 60 votantes indecisos escogidos por la empresa Ibope.
Advertencias del FMI y las calificadoras
El economista jefe del FMI, Kenneth Rogoff, advirtió que el nuevo gobierno que resulte de las elecciones debería actuar "con rapidez" para nombrar un "equipo económico fuerte" que tranquilice a los mercados. El real ha sufrido una fuerte devaluación frente al dólar por esa intranquilidad. "Ese equipo necesitará especificar su agenda", agregó el técnico del FMI.
"Sea quien sea el ganador esperamos señales, porque el actual contexto de dificultades tanto nacional como mundial deja muy poco espacio para maniobras políticas", dijo Lisa Schineller, analista de Standard and Poor's (SP) para Brasil. En julio, SP revisó a la baja la calificación de la deuda a largo plazo de Brasil, y también bajó de estable a negativa su perspectiva. Moody's siguió el ejemplo y por último la Fitch reajustó sus calificaciones a la baja el lunes. (Reuters y AFP)
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