Reflexiones

Presupuesto y participación

Alberto Cortés (*)

El Presupuesto Participativo nacido en Espíritu Santo (Brasil) se hizo internacionalmente reconocido desde su implementación en Porto Alegre en 1989 y hoy es practicado en centenares de ciudades brasileñas, Estados completos y otras ciudades latinoamericanas y europeas.
Los vecinos intervienen individualmente o agrupados en vecinales, ONGs, etc., para fijar las prioridades presupuestarias mediante múltiples asambleas, en regiones o distritos en que se dividen ciudades o provincias (Estados). Las obras y servicios son decididas democráticamente y con un criterio de justicia social: toda la ciudad es atendida, pero las áreas más carentes reciben más. Se ha ido eliminando el clientelismo, ahora los pobladores no necesitan mendigar a punteros o funcionarios un pavimento o dispensario, sino que van a las reuniones a decidir qué obras se harán según los recursos disponibles. Se combinan instituciones de representación con mecanismos de democracia directa.
En Rosario presentamos al Concejo municipal en el 2000, junto a compañeros de otras fuerzas políticas y simples ciudadanos, la primera propuesta tendiente a su implementación. El decreto, entonces aprobado, no fue cumplido el primer año, pero abrió un debate que continuó con otras iniciativas y audiencias públicas. En mayo de este año, se aprobó la ordenanza 7326 estableciendo el presupuesto participativo que se desarrolló durante los últimos meses.
El proceso comenzado ha tenido falencias y méritos. Entre las primeras hay que señalar la escasa difusión que tuvo, por lo cual sólo las organizaciones e individuos convocados por la Intendencia pudieron asistir. Ello redundó en reuniones a veces inundadas de funcionarios municipales o militantes del partido gobernante. Además, en un tiempo considerable, se invirtió para juegos y actividades en vez de discutir los problemas vecinales. Y no faltó una mal disimulada intención de desviar las demandas si no coincidían con la óptica oficial: en el Distrito Oeste no se aceptó la inclusión como opción a votar de la necesidad primaria de camiones desagotadores. En el Distrito Sur la prioridad votada "reemplazo de cajas por comedores" se cambió en las conclusiones por "asistencia alimentaria". Los resultados son sólo cualitativos, por ahora se priorizó la producción de medicamentos por el Laboratorio de Especialidades Medicinales (LEM), municipal. Pero, ¿cuándo estará cumpliendo la Intendencia el mandato? ¿Cuando asigne al LEM el 1, el 10 ó el 60% del presupuesto?
Entre los méritos, vale destacar: 1º) Una primera experiencia de participación directa de los ciudadanos en el presupuesto. 2º) El conocimiento por muchos vecinos de mecanismos administrativos que mejoran su capacidad de demandar y controlar la gestión municipal. 3º) Una visión más global de los participantes dejando de ver sólo el problema de su cuadra o su barrio para ubicarlos en el conjunto distrital y municipal. 4º) La constitución de comisiones participativas por distrito que, si logran y conservan independencia respecto de los partidos y del Estado y profundizan su representatividad, pueden jugar un rol decisivo en la construcción de una democracia participativa. 5º) La fuertísima demanda para que las decisiones de las jornadas sean vinculantes.
El balance es positivo pero requiere políticas de consolidación para que no se frustre. Para ello nos animamos a sugerir: un reglamento autorregulado, perfeccionado anualmente, con reglas que permitan que se tomen decisiones de cumplimiento posterior verificable. Cada ciclo anual debería comenzar con un informe de las autoridades del cumplimiento de los mandatos del año anterior. Una subdivisión de los distritos en barrios para una mayor participación de la población y la atención de las especificidades. Debatir junto a las jornadas por distritos o territorios la distribución participativa del presupuesto de sectores de la administración. El área Salud, por su importancia presupuestaria y por la agudeza de su crisis, es quizás el que con más urgencia lo demande.

(*) Concejal del Partido
Socialista Auténtico (PSA)