Más que atraco, un arreglo

Un cargamento de más de 20 toneladas de harina que había sido denunciado como robado por un grupo de delincuentes en Circunvalación y Ovidio Lagos apareció en los depósitos de dos panaderías que pertenecen a un mismo dueño. Esa persona se encontraba ayer prófuga: la policía no la había encontrado en ninguno de esos lugares ni en un tercer local de su propiedad, también allanado por orden judicial.
El supuesto asalto perpetrado por piratas del asfalto no fue más que un arreglo entre un panadero y un camionero con serias dificultades económicas y su mujer enferma. Así lo establecieron los efectivos de la Brigada de Investigaciones de la policía local, que comenzaron a trabajar en ese caso tras la denuncia que radicó el chofer en la seccional 18ª.
Carlos Lucena tiene 52 años y vive en la zona sur de Rosario. Según declaró el domingo, manejaba un camión Mercedes Benz 1518 con acoplado cargado con 20.600 kilos de harina en bolsas de 50 kilos cada una. La mercadería tenía como destino la ciudad de Santa Fe. Según su relato, cuando viajaba por Circunvalación y Ovidio Lagos, lo interceptó un automóvil con tres ocupantes abordo. En ese lugar hicieron detener la marcha, lo traspasaron al coche y lo retuvieron durante algunas horas.
Lucena dijo que a partir de ese momento perdió contacto con el camión y que lo liberaron en Circunvalación y Uriburu. De allí se fue hasta la 18ª a hacer la denuncia. Horas después la policía encontró el Mercedes abandonado y vacío en Presidente Perón y Circunvalación. Según voceros de Investigaciones, cuando el chofer tuvo que ofrecer más detalles a los detectives empezó a contradecirse. De esa forma terminó por admitir que había "entregado" la mercadería a un panadero de la zona sudoeste.
Ese comerciante fue identificado por la policía como José Moreyra, dueño de las panificadoras de Lima al 3200, Biedma al 3100 y la de Pueyrredón y San Francisco Solano. Según fuentes de la investigación, el fabricante de pan le habría ofrecido a Lucena 16 mil pesos a cambio de la carga. Ambos se conocían desde hacía cinco años. "Se ve que Moreyra le hizo el tiro de comprarle la harina y el otro que andaba más o menos con la plata y tenía a la mujer enferma, aceptó", relató un vocero policial.
El camionero descargó la mercadería en local de Lima al 3200 y allí mismo habría recibido mil pesos en efectivo. El resto supuestamente se completaría en cuotas de 300 pesos semanales. La policía allanó ayer desde la mañana ese local y el de calle Biedma donde secuestró más de 500 bolsas de harina. El dueño de esos locales no pudo ser encontrado y era intensamente buscado acusado de encubrimiento. Mientras que al chofer se lo acusa de falsa denuncia y estafa.