| | Murió por el golpe que le dio su compañero indigente Parecía muerte natural pero fue homicidio. Está preso
| Hace cinco días un indigente apareció sin vida bajo el terraplén de Olivé y las vías del ferrocarril Mitre, en la zona norte. Pareció muerte natural, pero la autopsia reveló que fue homicidio: nadie muere naturalmente por un fuerte golpe en la nuca. Ahora parece que el golpe se lo asestó uno de sus compañeros que, borrachera mediante, le hizo un violento reproche con un palazo en la cabeza. Por ese cruento reclamo ahora está detenido y acusado de homicidio. César Barreto, de 50 años, vivía en un caño debajo del terraplén de Olivé y las vías junto a otros cuatro hombres tan pobres como él. El Correntino apareció sin vida el jueves, acostado en el colchón donde se había ido a reponer en medio de una gran borrachera. Ese día, changa mediante, había vino en la improvisada vivienda que compartía con José Cejas, de 46; Roberto Picón, de 50, y Aldo y Jorge Alvarez, también de esa edad. Cuando la policía fue a buscar el cuerpo de Barreto, sus compañeros sólo dijeron que no se había levantado esa mañana y en primer momento su muerte se registró como natural. Pero la autopsia dio cuenta del golpe y la investigación cambió de rumbo. Personal de la comisaría 10ª volvió al lugar y llevó detenidos a todos los compañeros del hombre. Así, acusación mediante, surgió que el día de su muerte Barreto había realizado una changa y con ese dinero había comprado vino. Algo de alcohol compartió con sus compañeros y guardó otro poco. Según la policía Cejas fue quien descubrió el "engaño" y se lo reprochó durante una violenta pelea en la que Barreto recibió un palazo en la cabeza. El golpe le ocasionó la muerte. Cejas quedó detenido el domingo en la comisaría 10ª acusado por el homicidio, a disposición del juzgado de Instrucción Nº13.
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