En el bar El taller de Palermo Viejo están ocupadas casi todas las mesas. Actores, músicos, arquitectos, parejas de amantes, turistas desprevenidos y periodistas se desparraman por los distintos ambientes de un casa antigua reciclada hace quince años, cuando el barrio era barrio y nada más. En la planta alta, sentado en una grada de madera, Luis Zamora explica a casi un centenar de interesados porqué decidió no presentar su candidatura a presidente. Habla sin equipo de sonido, aunque un ambiente tranquilo -de sala de teatro independiente-, permite que todos escuchen.
"Estas elecciones estarán viciadas" define el diputado por Autodeterminación y Libertad, movimiento que ofrecerá como alternativa electoral colocar en la urna un papel que diga "que se vayan todos" y no la boleta de algún candidato.
Después de tomarse un tiempo de indagación hacia dentro del movimiento político que creó hace apenas un año, Zamora concluyó que estos tiempos que corren "no son nuestros tiempos electorales".
El deterioro institucional argentino que llena de incertidumbre acerca del modo y circunstancia en que se harán las elecciones de marzo de 2003 -en caso que se realicen en esa fecha- fue denunciado ayer por Zamora, quién aseguró que no se prestará para ser "comparsa" de una convocatoria como ésta. Luego aclaró: ninguna elección expresa cabalmente la voluntad popular, pero en este caso supera todo lo conocido.
Vestido con su clásico saco azul y corbata al tono con nudo ancho, el diputado nacional explicó que para presentarse a las elecciones necesitaba 2 millones de pesos y 100 mil fiscales. "Y los hubiéramos conseguido. Pero la pregunta es: ¿para qué presentarnos?". Y agregó que siente mucho respeto por el 10 por ciento de los argentinos que -según las encuestas de opinión- lo votarían para presidente.
"Hay que sincerarse, yo sólo, con Autodeterminación y Libertad, estaríamos atados de pies y manos para llevar adelante los cambios que la Argentina necesita. Hay que aclararle a la gente que en las próximas elecciones no se renueva ningún legislador, se elige solamente presidente y vice", sostuvo buscando ilustrar sobre el limitado panorama que le espera al próximo candidato electo, en caso de no pertenecer a los partidos con bancadas mayoritarias en las Cámaras.
Críticas al ARI y a Izquierda Unida
Cuando le tocó explicar por qué recién ahora y no antes produjo el pronunciamiento y la decisión de boicotear estas elecciones, el legislador de izquierda de Capital Federal dijo: "Estábamos en una etapa de acciones por el «que se vayan todos» junto a otros sectores. Pero lamentablemente esos sectores -se refiere al ARI y también a Izquierda Unida- decidieron volver a la campaña electoral".
El movimiento referenciado por el dirigente trotskista piensa seguir acompañando los procesos de luchas barriales, piqueteras y sociales en general, sin dejarse atrapar por "la distracción electoral" y denunciarla por su falta de transparencia. Proponiendo para el día de las elecciones impugnar los votos con alguna consigna a determinar. La lectura política habrá que hacerla después de las elecciones, amplió Zamora. "Si el justicialismo gana con el 60 ó 70 por ciento de los votos tendremos que pensar nuestra propuesta por «que se vayan todos» era equivocada. Si en cambio, la gran mayoría del electorado rechaza la propuesta electoral o impugna de algún modo el voto, habremos estado acertados".
Tal vez por aquel estigma que cae sobre la izquierda criolla, a la que se le endilga gastar sus energías en eternas divisiones y en discusiones de café, Zamora fue corrosivo con los que hasta ayer fueron sus socios en la acción y que ahora no lo acompañan en su batalla contra las elecciones. "La CTA (Central de Trabajadores Argentinos) pasó a una postura de abstención. Nosotros creemos que no hay que abstenerse de nada y hay que luchar contra lo inmoral", indicó.
Luego agregó que es necesario tener coherencia, "si salimos a las calles para que se vayan todos, ahora no podemos presentarnos a las elecciones", señaló.
En cuanto a su banca como diputado, Zamora cree que sigue siendo un lugar importante para acompañar procesos de luchas sociales. Y por eso no se piensa ir del Congreso, aunque no se anima a dar pronósticos de aquí al 2005, fecha de vencimiento de mandato. "Salvo que la gente me diga que me tengo que ir, pero por ahora nunca escuché eso" concluyó.