| | cartas Las carencias de nuestro aeropuerto
| Los sobrevivientes del vuelo 3716 Buenos Aires-Rosario, el lunes 14, de ARG transferido a Aerovip y cambiado de su horario previsto para las 19.55 al de las 21.30, fueron salvados de estrellarse gracias a la pericia con la que los pilotos afrontaron la terrible tormenta eléctrica y el diluvio con el pequeño avioncito de 15 plazas. Pero no se salvaron, ya aterrizados, de empaparse totalmente caminando un largo trayecto por la pista, con el agua hasta los tobillos y protegidos apenas por un paraguas prestado que se agitaba con el vendaval para cualquier lado. ¿Cómo puede un aeropuerto que se hace llamar internacional no contar aunque sea con una combi que les evite a los pasajeros semejante experiencia acuática? Un tema para ser tenido en cuenta por las autoridades responsables de ese ámbito de eterna remodelación. Olga Alonso
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