"Cargá todo el tanque" escuchó el playero de la estación de servicios de Necochea y Gaboto, mientras el caño de una 9 milímetros asomaba detrás de la ventanilla del flamante Mégane bordó. El que apuntaba era un muchacho joven, vestido de civil, quien junto a otros dos hombres fue detenido a unas 12 cuadras del comercio. La sorpresa de los agentes que los detuvieron fue mayúscula cuando se dieron cuenta de que el portador del arma no era otro que un colega suyo. Un policía que prestaba servicios en la seccional 26ª.
El robo ocurrió poco después de las 18 del domingo. Antes de huir de la estación, el mismo hombre que amenazó a Diego, el joven playero que estaba de turno, le dejó una clara advertencia: "No llamés a la cana porque te mato a trompadas". El empleado no le hizo caso y avisó al Comando Radioeléctrico.
Así las cosas, el Renault Mégane (propiedad de un familiar del policía) fue avistado por una patrulla cuando circulaba por Uriburu y Grandoli. Pero al ver los móviles, sus ocupantes aceleraron para escapar. La huida terminó en Chacabuco al 4200 donde fueron interceptados y apresados.
Junto al combustible que habían cargado, por un valor que superó los 100 pesos, los ladrones se habían llevado la billetera del playero con otros 65 pesos, lo que fue recuperado al ser detenidos.
El policía arrestado, Lucas Benítez, de 26 años, se desempeñaba hasta el domingo en la comisaría 26ª de Villa Gobernador Gálvez. Fuentes policiales indicaron que ayer mismo, el jefe de la Unidad Regional II, comisario mayor Jorge Pupulín, dispuso su pase a disponibilidad. La medida se complementará con una investigación que llevará adelante la División Judiciales de la policía.
Los otros dos detenidos junto al policía fueron identificados como René Propesi, de 25 años, y Cristian Mirales, de 21. Dentro del Mégane, los agentes hallaron el arma reglamentaria de Benítez y un revólver calibre 22.
Un robo particular
Hasta el domingo, el dueño de la estación de servicios de Gaboto y Necochea era Ricardo Ferreyra. Fue su último día al frente del local ya que desde ayer, según confió un empleado, "hay nuevos propietarios". Su despedida fue con un robo, como los tantos que tuvo el comercio en los últimos dos años, aunque con la particularidad de que el ladrón fue un policía.
Durante el año 2000, la estación fue asaltada en 13 oportunidades. "Después hubo algunos robos más, pero aislados", comentó el vocero. Quien por entonces era dueño, Ernesto Bellitieri, cansado de trabajar para los ladrones y ante la amenaza permanente de sus empleados de no concurrir a sus puestos por miedo a las consecuencias de los atracos, pidió a la Unidad Regional II que le brindaran protección.
Por ello, desde fines de 2000 la estación cuenta con una guardia policial casi permanente. "Los días pares el policía es enviado por la comisaría 16ª, que tiene jurisdicción en la zona. Los días impares el que manda el custodio es el Comando Radioeléctrico", comentó ayer un empleado del comercio.
El domingo fue día par, 20, pero desde la comisaría se argumentó que no había personal para enviar y entonces el local quedó desprotegido. En tanto ayer, cuando La Capital estuvo en el lugar, un agente del Comando cubría el servicio correspondiente.