Año CXXXV
 Nº 49.637
Rosario,
domingo  20 de
octubre de 2002
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Dos prestigiosos abogados opinan tras la polémica resolución en Diputados
El archivo del juicio a la Corte, una derrota de todos
Monner Sans y Sabsay cuestionaron al gobierno, los legisladores, los magistrados y la sociedad

Javier Felcaro / La Capital

Los abogados Daniel Sabsay y Ricardo Monner Sans coincidieron en que el archivo en Diputados del juicio político a los integrantes de la Corte Suprema dejó al descubierto la derrota de todos los actores: el gobierno, por su doble rol de fogonero y enterrador del proceso; la oposición, por sus fallas estratégicas (entre otras), y los magistrados, por el descrédito que supieron conseguir. Aunque también cuestionaron la falta de reacción de la sociedad.
La Capital aprovechó el paso por Rosario de Sabsay y Monner Sans, quienes participaron del IV Congreso Nacional de Derecho Público, que se realizó en la Facultad de Derecho de la UNR, para consultarlos sobre la controvertida decisión adoptada hace poco más de una semana en la Cámara baja.
Para Sabsay, el cierre del proceso generó una "enorme frustración", ya que el enjuiciamiento a la Corte fue uno de los pedidos más fuertes de los argentinos a fines de 2001, en medio de un clima de extrema convulsión social.
El constitucionalista, quien defendió a uno de los representantes del máximo tribunal, el rosarino Gustavo Bossert, afirmó que hubo "graves errores" en el manejo del proceso. Uno de ellos fue "considerar y comunicar que se iba a juzgar a la Corte, porque no era la institución la que debía estar bajo la lupa".
Otro error fue "haber involucrado del mismo modo a todos sus miembros", subrayó Sabsay, quien cuestionó los fundamentos de las acusaciones contra Bossert, en especial los genéricos, "donde se habló de una conducta indecorosa". Y puntualizó: "Había como una voluntad de linchamiento, al revés de lo que debe ser un juicio democrático".
También se quejó de que, a la hora de los descargos, fuera imposible conseguir la fundamentación completa. Además, cuando aparecieron las acusaciones finales, el abogado se percató de que "se había reproducido lo mismo, con lo cual nos quedó claro que hubo serios vicios al debido proceso".
Tras advertir que el caso "sienta precedente sobre lo que no habría que hacer", Sabsay se despachó con duras críticas al papel que jugó el gobierno: "Tuvo una gravísima posición errática y totalmente antojadiza, siendo el gran propulsor del juicio y luego fogoneando su cierre a cualquier precio".

Falta de información
Según el letrado, la herramienta del juicio político quedó "desnaturalizada" y, en ese sentido, citó la no especificación de plazos, la falta de participación ciudadana en el control y el prácticamente inexistente acceso a la información que se estaba produciendo, que afectó hasta a los defensores de los magistrados.
Por último, Sabsay se detuvo en un hecho clave, que tiene a la sociedad como telón de fondo: "Los argentinos habían elevado un reclamo muy fuerte que, paradójicamente, terminó en abulia. Incluso sabiendo lo que iba a ocurrir en Diputados no hubo un repudio masivo, al margen de lo reflejado por las encuestas. Faltó consecuencia, regularidad e insistencia en el legítimo derecho de peticionar a las autoridades".
A su turno, Monner Sans recordó que, cuando la Corte "se autorrobó" una sentencia en 1993, él fue el primero en promover su juicio político "por acción u omisión, pero en la comisión de Diputados se perdió por un voto la posibilidad de acusar".
Desgranando las razones del final del proceso, el abogado retrocedió en el tiempo hasta los días en los que había crecido la indignación en torno a la Corte. "Me pareció que era necesario tener una cuota de realismo, porque se mezclaba la sensación de que el alto tribunal era responsable de muchas cosas, sobre todo del corralito", rememoró.
Luego de considerar que la Asamblea Legislativa que designó presidente a Eduardo Duhalde debió haber invitado a la Corte, a través de un artículo vinculante, a la renuncia, se sinceró: "Fui un descreído, porque me pareció que, en algún punto, la metodología adoptada por los impulsores del juicio no tenía muy claro cómo relacionarse con los reclamos populares".
Pero Monner Sans fue más allá, y apuntó hacia la Casa Rosada. "El duhaldismo empezó a hacer lo que deseaba el FMI, por lo que, en algún punto, iba a tener la necesidad de decir: «Muchachos, paren». Después vino la crónica de un final casi anunciado", ironizó el letrado.
También reprochó la ausencia de movilización popular (habló de la necesidad de "reflotar diciembre") e hizo hincapié en las presiones extranjeras respecto de mantener la Corte "en pos de la seguridad jurídica".
Para el abogado, los recientes cortocircuitos entre algunos de los magistrados abonan un futuro que "es muy complejo, porque no sé cómo harán para unir el agua y el aceite, teniendo en cuenta que, superado el juicio, "volvieron a esto de pegarse de una manera brutal".
Al referirse a las acusaciones, Monner Sans marcó diferencias y centró la atención en dos casos puntuales. "¿Cómo se puede decretar la inconstitucionalidad de una norma constitucional? Fue algo inexplicable para salvarlo a Carlos Fayt. Además, votaron todos, en una grosería elevada a la enésima potencia", disparó acerca de la polémica acordada que modificó la ley sobre la edad de los jueces como causal de retiro.
Aunque también está la venta ilegal de armas al exterior, de la cual fue denunciante: "La Corte, junto con el recurso de Emir Yoma, mal tratado, no sólo dejó libre a (el ex presidente) Carlos Menem sino que le pavimentó los posibles juicios por daños y perjuicios".
No obstante, el letrado sacó a relucir otra perla negra. "Si prosperaba la tesis de la acusación, hubiésemos visto a un Senado que, el 11 de septiembre de 2001, Torres Gemelas cayendo de por medio, salvaba a (el juez federal Norberto) Oyarbide", explicó.
"El tema no figuró en los diarios porque se aprovechó la circunstancia excepcional de lo que estaba ocurriendo en el mundo, pero lo cierto es que el Senado juzgó en un acto de clandestinidad a Oyarbide, quien atravesaba una situación muy grave, ya que Diputados había pedido su suspensión", concluyó Monner Sans.



Monner Sans y Sabsay hablaron de la Corte.
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