"¿Seré una buena madre?" ¿Qué mamá no se ha formulado alguna vez esta pregunta? ¿Quién no ha tenido contradicciones al poner un límite y no se ha cuestionado sobre la cantidad y la calidad de tiempo que les dedica a sus chicos? ¿Quién no ha pensado si es buena y suficiente la comunicación que mantiene con sus hijos? ¿Y quién no ha sentido alguna vez genuinas ganas de librarse de sus chicos al menos por unos minutos?
Es que ser mamá implica formularse interrogantes como estos y también sortear más de una culpa. "Cuando dejo al nene llorando en el jardín de infantes me voy al trabajo hecha pedazos", dice Mariel, madre de Rodrigo, de 5 años. Y algo similar siente Ana, mamá de María y Pablo, de 3 y 1 año. "Desde que tuve a los chicos dejé de ir al cine con mi marido. Me da pena desprenderme de ellos, ¡son tan chiquitos!", dice.
Pero también la maternidad significa un disfrute pleno. Porque están quienes reconocen ser felices en su rol desde el primer día. "A mí ser mamá es lo mejor que me pasó en la vida", asegura Ana María, madre de tres hijas adolescentes.
Y también están quienes por momentos querrían volver a los viejos tiempos, cuando ser madre era para ellas sólo un deseo. "Cada vez que veo cómo mis hijos y sus amigos me vacían la heladera o dejan toda la ropa tirada por toda la casa me pregunto qué hice para merecer esto", se queja Alicia, mamá de Julián y Santiago, de 15 y 18 años.
Algunos creen que los que mejor pueden responder la pregunta sobre si se es o no buena madre son los hijos. Otros, como la psicóloga Marisol Roa, sostienen que es un cuestionamiento personal al que cada mamá debe hacer frente alguna vez. Por eso La Capital publica el test que elaboró la profesional.
Basta tomar un lápiz, leer y contestar las 40 preguntas que siguen al pie para saber si se disfruta mucho siendo mamá, si hay aspectos débiles que hay que reforzar o si, por el contrario, se está atravesando por una crisis.
¡Vamos, anímese! Hágale frente a estas preguntas y vea el resultado. Y si no es el más óptimo, no se preocupe, siempre se está a tiempo para mejorar. Quédese tranquila que no existe en el mundo la mamá perfecta. Y, ante todo, ¡feliz Día de la Madre!