Luis Emilio Blanco / La Capital
Carlos Pellegrini. - En pleno desarrollo de la muestra de artesanías y feria de alimentos, organizada por los residentes del Hogar Permanente para Discapacitados Mentales de la Asociación Italiana José Mazzini, irrumpió la voz de Lalo Mir: "Transmite LT 22 Radio La Colifata, una radio íntegramente realizada por los internos del Hospital José T. Borda". El comienzo de la emisión no asombró a nadie porque desde el día anterior un grupo de residentes del Borda arribó al pueblo para intercambiar experiencias con los pacientes del hospital local. Pero sí sorprendió y moldeó los rostros de quienes paseaban por el parque Centenario, el profesionalismo, la creatividad y la espontaneidad de quienes se sucedieron detrás del micrófono. Cortinas musicales de por medio, locutores y periodistas ensayaron una presentación y explicaron a la audiencia el lugar que iban a desempeñar durante la transmisión. La apertura estuvo a cargo del ideólogo y fundador de la primera radio terapéutica del mundo, Diego Olivera, quien ofició de operador y coordinador del programa. Después fue el turno de Trinity (locutor y animador), Estela (columnista y entrevistadora), Antonio -quien se autodefine como un ex loco-, Horacio, Ariel, Diego (información deportiva), Julio, Eduardo (hijo de Estela y encargado de leer correspondencia) y Sergio (notero). A su turno, cada integrante del staff fue delineando una idea de la motivación que los llevó a pertenecer a la radio. "Agradezco a todos los presentes por darme la posibilidad de poder compartir esto fuera de un muro. Un muro como un precipicio generan mucho dolor, pero quién no intenta alguna vez lanzar una cuerda para pasar al otro lado y ser un poco más consciente. Allí podemos ver viejos solitarios, niños abandonados y locos en el poder", puntualizó Horacio con admirable cordura. Por su parte Diego, dijo que "en El Mundo, como en cualquier radio, siempre hay un porcentaje de discos rayados, lo importante es saber escucharlos". Música en vivo, poesía, entrevistas, reflexiones, columnistas y noticias fueron forjando un programa hechizante. Con una capacidad de atraer la atención que cualquier productor de medios podría envidiar. Público de todas las edades y alumnos de varias escuelas con orientación comunicacional, participaron del programa. Mientras tanto tuvieron la posibilidad de recorrer los diversos stands de la feria de artesanías y alimentos confeccionados por los anfitriones y, frente a la radio, se podían leer todos los ejemplares editados por los internos del Hogar José Mazzini de La Voz del Pueblo, el diario local que también tuvo su espacio en la programación radial. Con destreza absoluta los noteros entrevistaron a los alumnos. Pero la curiosidad de los reporteados hizo que la conversación cambie de sentido. Los chicos quisieron saber cómo hicieron para lograr este éxito "con difusión a nivel nacional". "En primer lugar tuvimos que progresar nosotros, había quien no podía decir nada, sacarle una palabra a un interno era un verdadero sacrificio, pero con la suma del amor y el empuje que surge entre quienes ayudan y los que se dejan ayudar, salimos adelante. Lo demás se construyó solo", explicó, Diego. En este punto llegó la corrección de Estela: "Llegamos a casi todo el mundo porque nos escuchan en Alemania, Francia, Italia e Inglaterra, entre otros países". Mientras tanto, y llevándose la mano a la boca como para contener la voz, otro colifato dijo por lo bajo: "Nos escuchan hasta en Singapur. ¿Viste ese país que queda muy lejos y en el que un argentino construyó los dos edificios más altos del mundo?". Sí, contestó su interlocutor. "¿Sabés por qué los construyó?, porque está loco", remató.
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