Sólo el gol de Mario Pierani en el inicio del complemento quebró la monotonía del partido entre salaítos y mates. Es que antes y después del tanto del delantero no pasó nada. Argentino ganó, es cierto y en épocas recesivas como las que atraviesa el equipo de barrio Sarmiento tres puntos valen más que las acciones líderes, pero cuando las horas pasen y el festejo por el regreso a la victoria después de diez jornadas, ya no sea más que un buen recuerdo, los salaítos deberán ponerse a pensar seriamente que todavía están muy lejos de soñar con un final feliz para esta historia de tratar de gambetear al fantasma del descenso.
Las viscisitudes económicas (y también deportivas, en once partidos apenas consiguió dos goles y todavía no ganó) que atraviesa Argentino de Quilmes hizo que los visitantes llegaran hasta el José Martín Olaeta con un equipo de juveniles, y aún así, la tarde no resultó para nada tranquila para los estóicos hinchas del salaíto que recién pudieron respirar tranquilos cuando el árbitro Alejandro Sabino marcó el final del encuentro.
El primer tiempo fue insoportable. A la pobreza futbolística (con excepción de Genesio y Arce, los únicos dos que intentaron mostrar algo de fútbol) de los dos equipos se les sumó el agua que anegó algunos sectores del campo de juego y eso terminó influyendo para que tanto Campestrini como Palombarini prácticamente se convirtieran en dos espectadores de lujo, ya que salvo en un remate de Amaya y en un cabezazo de Pérez, que se fueron desviados, los arqueros no tuvieron que soportar ningún sobresalto.
Apenas un espejismo
Cuando el complemento todavía estaba en pañales Argentino logró ponerse en ventaja y dio la impresión de que el espectáculo podía mejorar, pero apenas fue un espejismo. En los siguientes diez minutos, los salaítos intentaron llevarse por delante a los juveniles quilmeños para asegurar el marcador, pero de a poco le fueron permitiendo a los visitantes escaparse del asedio para refugiarse en el 1-0 que les devolvía a los de barrio Sarmiento la sonrisa después de más de largos dos meses de espera.
Así, entre el conformismo salaíto y la incapacidad mate, el partido se fue desdibujando y terminó pareciéndose al bodrio de la primera parte, aunque al menos esta vez Argentino se dio el gusto de irse con la felicidad de que por los menos se quedó con los tres puntos.
La lucha por la permanencia recién comienza y a Argentino le quedan muchas batallas por delante en un torneo durísimo. Sí los salaítos entienden que para alcanzar el objetivo hay que dejar todo en la cancha, la victoria de ayer puede ser la llave para un futuro mejor, de lo contrario el camino del equipo de Sorrento se sembrará de espinas y el único destino posible es el del descenso a Primera C.
Síntesis
Argentino 1: Campestrini 6; C. Vella 5, Cerioni 6, Calabuig 6 e Iriarte 6; A. Rubio 5, Ruffa 5 y J. García 5 (64' J. Núñez); Genesio 6 (76' Sciretta); S. Amaya 4 (51' P. Vázquez 4) y Pierani 6. DT: A. Taffarel.
Argentino (Quilmes) 0: Palombarini 5; J. López 5 (34' Antero 5), M. Pérez 5, Cambi 5 y Ferrantino 5; F. Rojas 5 (69' Noguera), Bertoloto 5, J. Arce 5 y Duch 4; Moreno 4 y Garnica 4 (46' Pagés 4). DT: M. Cosenza.
Estadio: José Martín Olaeta.
Arbitro: Alejandro Sabino (4).
Gol: 47' Pierani (A).