Melones asesinos, piernas ortopédicas que ocultan armas de fuego, submarinos con forma de cocodrilo y perros-robot, son algunos de los trucos usados en las películas de James Bond que se exponen en Londres. El Museo de la Ciencia de Londres presenta hasta el próximo 27 de abril "la mayor colección de los 40 años de Bond", en la que los visitantes -se espera que asistan a la muestra más de 200 mil personas- pueden adoptar el papel del agente secreto y desempeñar diversas tareas. Así, existe la posibilidad de colgarse como el agente 007 de la punta del puente Golden Gate. Al menos, así se lo ve en la pantalla y así lo pueden disfrutar los visitantes a la muestra. "Nos concentramos en las películas más nuevas", comentó la curadora de la exposición, Sara Milne, y añadió: "Lo hicimos así por un motivo muy práctico: no hace tanto tiempo que se guardan los accesorios". De la primera película sobre James Bond, "Dr. No", por ejemplo, sólo quedan dos. Las piezas estrella de la muestra son el mueble dorado con el que Christopher Lee, alias Scaramanga, asesina a amigos y enemigos, la dentadura asesina de Richard Kiel de "The Spy Who Loved Me" y el Rolls Royce Phantom III de Gert "Goldfinger" Froebe. Los aficionados también pueden ver el pasaporte de Bond ("señas particulares: ninguna"), sentarse en el sillón del jefe del servicio secreto "M" y observar cómo se rodaron algunas arriesgadas escenas de acción. En cuanto al trasfondo histórico de las películas, además de los libros de Ian Fleming, también hay un fragmento del Muro de Berlín y algunas imágenes cinematográficas explicativas sobre la Guerra Fría. La idea de incluir elementos históricos en la muestra se orienta a contextualizar las aventuras que hicieron famoso a James Bond en la pantalla grande. Vale recordar que las películas de espías se convirtieron en un género popular alrededor del mundo durante los años en que Estados Unidos y la Unión Soviética mantuvieron una sigilosa confrontación.
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