Una chica de 18 años que volvía a su casa ayer a la madrugada en un remís denunció que el chofer quiso abusar sexualmente de ella y que logró zafar de esa situación cuando se arrojó del coche en movimiento. La policía no había podido establecer la marca y modelo del vehículo, pero obtuvo por parte de la víctima una descripción física del presunto agresor, que podría ser un remisero ilegal.
La víctima y otras dos amigas habían salido antenoche a bailar y habían estado unas horas en un boliche de la zona de Tucumán y San Martín. Alrededor de las 5.30 decidieron retornar a sus hogares, todos ubicados en la zona sur de la ciudad, y solicitaron por teléfono un remís que debía pasarlas a buscar por la esquina de Sarmiento y San Lorenzo.
Allí las "levantó", unos 15 minutos después, un chofer que en principio no les llamó la atención. Las dos primeras chicas descendieron sin ningún inconvenientes en sus casas. El problema se suscitó con la última de las pasajera que vive más hacia el sur de la ciudad y que al parecer ocupaba el asiento del acompañante. Según denunció en el Centro de Atención a las Víctimas de Delitos Sexuales, cuando se encontraba a mitad de viaje el chofer comenzó a acosarla y a manosearla incluso con el coche en movimiento.
Se arrojó a la calle
Todo culminó cuando al circular por calle Centenario, muy cerca del parque Sur, el automóvil giró en una esquina y la chica alcanzó a abrir la puerta y arrojarse a la calle. Tras eso, el remisero escapó del lugar. Toda esa escena fue presenciada por un vecino que fue quien socorrió a la chica en un primer momento. La joven fue conducida a la "comisaría de la mujer" donde radicó la denuncia.
Fuentes de la investigación admitieron que tanto la víctima como sus amigas y el vecino que la ayudó pudieron aportar algún dato para dar con el coche en el que se desplazaba el abusador. "Lo que sí tenemos por parte de las chicas es un fotofit de su cara", consignaron desde la planta alta de la seccional 5ª. La hipótesis que manejan los investigadores es que el atacante haya sido un remisero ilegal y que haya "robado" el viaje a la agencia a la que llamaron las muchachas.
"Eso es relativamente sencillo. Con un buen equipo de comunicación, los ilegales chupan la frecuencia de la agencia legal y escuchan cómo modulan choferes y operadores. Entonces cuando pescan que hay un viaje cerca de donde están, o que pueden llegar primero, directamente se anticipan y levantan al pasajero", comentó una fuente de la comisaría de la mujer.