París. - En el cuarto atentado que se produce en Filipinas en menos de un mes, por lo menos tres personas murieron y 20 resultaron heridas al explotar una bomba en un autobús que circulaba por Manila. Ningún grupo terrorista se adjudicó el ataque que ocurrió un día después que presuntos extremistas islámicos realizaron un atentado que mató a siete personas y dejó a más de 160 heridas en el mercado principal de Zamboanga, una ciudad predominantemente cristiana en el sur filipino, escenario de una insurrección musulmana. El ataque en el autobús en la capital filipina, que arrancó el techo del vehículo, ocurrió cuando el transporte circulaba por una autopista en el norte de Manila. Antes del atentado la policía había recibido una serie de llamados telefónicos con amenazas de ataques contra edificios públicos en las cercanías de Manila y en Zamboanga, una ciudad meridional de mayoría cristiana. En la capital, donde la zona comercial está custodiada por 300 policías, previamente al ataque al colectivo una granada estalló en el barrio financiero de Makati sin causar heridos. * Ataques en serie. Los tentáculos del terrorismo internacional volvieron a atemorizar al mundo esta semana. Los atentados cometidos en la isla de Bali, en la ciudad de Zamboanga, contra el petrolero francés Limburg en Yemen y los ataques contra marines en Kuwait demostraron que el integrismo islamista busca nuevos blancos para exportar su ideología. En dos semanas hubo seis atentados en Asia. Australia tuvo su 11 de septiembre en la isla indonesia de Bali, pagando su respaldo a la política del presidente George W. Bush con el saldo más elevado de víctimas: 114 personas muertes sobre un total de más de 187, así como 113 heridos. Este país, que se se creía protegido, exigió al gobierno indonesio una respuesta más enérgica al terrorismo. "Creo que son probables nuevos ataques en la región", declaró ayer el primer ministro australiano John Howard en Bali. Howard sostuvo que los responsables del atentado del sábado pasado trataron claramente de provocar la mayor cantidad posible de víctimas. La presidenta de Indonesia, Megawati Sukarnoputri, respondió firmando ayer dos decretos de emergencia otorgando amplios poderes al gobierno para combatir al terrorismo. * Tras los pasos de Bashyir. Australia acusó del atentado en Bali a la organización Yemaá Islamiyá. La policía indonesia está tras los pasos del clérigo musulmán Abu Bakar Bashyir, afirmando que se trata del líder espiritual de la Yemaá Islamiyá, una red terrorista regional vinculada a Al Qaeda que podría estar implicada en el atentado de Bali del 12 de octubre. La actividad terrorista en la región no terminó en Bali. Las dos bombas que estallaron en dos centros comerciales el jueves en la ciudad filipina de Zamboanga -que dejaron un saldo de 7 muertos y 149 heridos- se produjeron pocas horas después de que el teniente general Narciso Abaya asumiera su cargo de jefe de la comandancia sur prometiendo aplastar a la guerrilla de Abu Sayyaf, que opera en las islas de Basilán y Jolo. * Temor por ataques. El primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamed, advirtió ayer que su nación podría ser víctima de atentados similares a los perpetrados en Bali y Filipinas. En Kuwait -el principal aliado de Estados Unidos en el Golfo Pérsico- a principios de este mes se produjeron varios ataques contra marines en los cuales murió un militar norteamericano. Las autoridades del emirato pidieron unidad nacional y calma, afirmando que se trataba de un ataque terrorista. El presidente de EEUU afirmó, a comienzos de esta semana, que Al Qaeda estaba vinculada al atentado de Bali, así como a los ataques contra el petrolero francés Limburg, cerca de las costas yemenitas, y contra los marines norteamericanos en Kuwait. (AFP, Reuters y Télam)
| El autobús circulaba por una autopista de Manila. | | Ampliar Foto | | |
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