Argentina y China firmaron ayer un acuerdo de cooperación bilateral en el que, entre otras cuestiones, establecen el compromiso de solucionar disputas comerciales que, entre otros productos, afectan el comercio de acero, carnes y soja. Ambos países acordaron profundizar medidas para aumentar el intercambio y las inversiones, y consensuaron posiciones respecto a la ronda multilateral de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la inserción internacional. Estos temas, junto a cuestiones de la agenda política, fueron abordados por el canciller Carlos Ruckauf y su par chino Tang Jiaxuan, durante una reunión de trabajo que mantuvieron ayer en el Palacio San Martín, en el marco de la visita oficial que realiza desde el jueves el ministro asiático en Argentina. Entre los conflictos comerciales, los cancilleres abordaron las trabas a las exportaciones argentinas de acero generadas por la aplicación de salvaguardas por el gobierno de Pekín. Según manifestó Jiaxuan, el problema será atendido "activamente en base a la investigación" de dichas medidas, y una posterior "resolución razonable conforme a la legislación y teniendo en plena consideración los intereses argentinos". Como contrapartida, Argentina se comprometió a "revisar las medidas antidumping adoptadas contra productos chinos", en vista de "la importancia que reviste para la promoción de los vínculos comerciales bilaterales el sistema de economía de mercado que ha quedado establecido en China", consigna un comunicado emitido por ambos gobiernos. Las conversaciones en torno a la prohibición de entrada de la carne bovina argentina al mercado chino luego del rebrote de la aftosa, fueron "constructivas", aunque no se indicó sobre la posibilidad y los plazos para levantar las restricciones. En cambio, sí hubo avances sustanciales sobre las exportaciones de soja transgénica desde Argentina, que Pekín pretende dejar de comprar en base a normativas en la materia. En los primeros seis meses de este año, el monto global de la balanza fue tan sólo de 595 millones de dólares, con la particularidad de que el saldo a favor de Argentina en ese período alcanzó los 288 millones. En China, Argentina invierte a través de Impsa, con licitaciones ganadas para la construcción de grúas; de Siderca, con venta de tubos sin costura, y de Bodegas Chandon, que envasa vino a granel exportado en una planta embotelladora en la ciudad de Tianjin.
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