El presidente Eduardo Duhalde recibió ayer un informe del titular de la Side, Miguel Angel Toma, sobre la situación en la zona de la Triple Frontera, ante el alerta que existe en la región sobre un posible atentado terrorista de grupos vinculados a Al Qaeda o Hezbolá, dijeron fuentes gubernamentales.
En la mañana de ayer, el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, aseguró en Casa de Gobierno no tener más datos que los periodísticos sobre supuestos movimientos de grupos terroristas vinculados a Al Qaeda en la zona de la ciudad paraguaya de Ciudad del Este, fronteriza con Puerto Iguazú y Foz de Iguazú.
Si bien fuentes gubernamentales admitieron la preocupación del gobierno y confirmaron que "se están haciendo trabajos de inteligencia" en la región, Atanasof no precisó si se habían dispuesto refuerzos de seguridad en el área. "Los organismos que técnicamente manejan estos temas por supuesto que están trabajando, pero no corresponde que yo haga pública las medidas al respecto", señaló escuetamente el funcionario.
El jefe de Gabinete tampoco puntualizó si existe una coordinación con fuerzas de Brasil y Paraguay, aunque existe un convenio de cooperación al respecto.
El gobierno habría decidido reforzar las medidas de seguridad en la zona a partir de informes del servicio de inteligencia israelí, Mossad, que advirtieron la presencia de células dormidas del terrorismo fundamentalistas en Ciudad del Este.
Algunas capitales del mundo ya se encuentran en alerta roja luego de la sucesión de atentados ocurridos contra un buque petrolero francés en Yemen y los ataques de los últimos días en la isla de Bali y en Filipinas. Un alto funcionario de la Side que pidió reserva de identidad reveló ayer que "existe un informe del departamento de Estado norteamericano advirtiendo la posibilidad de recrudecimiento de atentados después de los cometidos en Bali y Filipinas".
Preocupación oficial
Según la fuente de inteligencia, funcionarios de la seguridad del Estado investigaron "por sus propios medios el alerta y concluyeron que no hay evidencias de movimientos sospechosos en la Triple Frontera ni en países vecinos". También consignó que el presidente Duhalde "está preocupado por eventuales ataques terroristas si se desatan acciones bélicas contra Irak".
La Argentina es particularmente sensible a este tema ya aún quedan las heridas sin cicatrizar de los atentados contra la embajada de Israel, en 1992, y la sede de la Amia, en 1994, con un saldo global de 114 muertos y 500 heridos.
Mientras circulan versiones que afirman que el gobierno argentino recibió informes alertando que Al Qaeda estaría preparando un atentado en un país sudamericano, fuentes diplomáticas señalaron que las sospechas apuntan al grupo libanés proiraní hezbolá y no a las organizaciones armadas al mando del saudita Osama Bin Laden.
Por su parte, el canciller Carlos Ruckauf giró al ministro del Interior, Jorge Matzkin, un alerta similar sobre un ataque en un país no identificado de la región.
En tanto, el ministro del Interior de Uruguay, Guillermo Stirling, afirmó que los servicios de inteligencia desconocen la supuesta preparación de atentados en la región. "No hemos detectado nada. Nuestros servicios de inteligencia han estado en contacto con sus pares argentinos y brasileños y no hay ningún elemento que permita realmente obtener ni siquiera un indicio que pueda suceder esto", afirmó Stirling.
El funcionario uruguayo añadió que, "en el marco del Mercosur, la seguridad trabaja con mucha coordinación y eso es muy positivo, porque se intercambia información y, en ese sentido, se ha ido avanzando en forma significativa".
Los recientes atentados producidos en la ciudad filipina de Zamboanga, contra un petrolero francés en Yemen y los ataques contra marines en Kuwait tienen un denominador común: la supuesta colaboración de organizaciones terroristas locales con la red Al Qaeda.