Año CXXXV
 Nº 49.636
Rosario,
sábado  19 de
octubre de 2002
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Un perro atacó a su dueña y le provocó serias heridas
Es un doberman que le mordió la cara y un brazo

Otra vez. Una mujer fue atacada por su propio perro y debió ser internada en el Sanatorio Británico. El animal la mordió en su propia casa de fin de semana y le causó heridas en el rostro y el brazo izquierdo.
Laura Marozzi (41) llegó ayer cerca de las 11 al centro asistencial y de inmediato fue atendida en el servicio de emergencia.
Uno de sus familiares fue quien relató que el ataque provino de su propio perro y que "no era la primera vez, ya que el animal también había agredido a otros miembros de la familia", sostuvo el director del Británico, Armando Schmukler. En rigor, en Rosario se vienen sucediendo hechos similares con asiduidad. Por ejemplo, en junio pasado un dogo la emprendió contra un anciano, quien días más tarde murió.
El profesional agregó que Marozzi "tenía lesiones en su miembro superior izquierdo y en la cara, que fueron tratadas rápidamente con las curaciones del caso".
Al atardecer, en tanto, se realizó una cirugía reparadora plástica a cargo de especialistas. La Capital pudo saber que pasadas las 19, la víctima se encontraba en el quirófano.
Las lesiones fueron "serias en términos de estética" sostuvo Schmukler, pero "van a poder ser reparadas ya que no hubo desprendimiento total de tejidos". En tanto, las mordeduras no produjeron inconvenientes en lo que respecta a los signos vitales.
De este modo, el médico consideró a esta circunstancia como "trascendente para que el plástico pueda reparar las lesiones".
El perro es de raza doberman y no es la primera vez que tiene una reacción similar. "Del relato de la propia paciente y de su familia surge que en otras oportunidades algún otro miembro del grupo familiar tuvo problemas con relación al animal", añadió el profesional. El animal se encontraba en una casa de fin de semana junto con su dueña cuando imprevistamente se le abalanzó.
Antes de la operación, y luego de las primeras curaciones, la paciente permanecía estabilizada y en una habitación aislada. Apenas ingresó al sanatorio se le aplicó la vacuna antitetánica, se le suministraron antibióticos y se le tomaron radiografías.
Marozzi sufrió un fuerte shock emocional. Además, se encontraba preocupada por cómo se irá recuperando de las marcas en sus rostro.
El director del sanatorio consideró que las mordeduras de perro en su medio "son poco habituales, afortunadamente". El médico se preguntó "por qué no se tomaron previsiones ante la situación. Se sabe que un gran número de accidentes son previsibles por el ser humano y no se toman las medidas conducentes. Este caso entraría en las generales de la ley".
La paciente deberá esperar ahora su evolución y será el especialista en cirugía plástica quien tendrá que decidir cuándo será dada de alta.


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