Año CXXXV
 Nº 49.636
Rosario,
sábado  19 de
octubre de 2002
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Nuevo reclamo por un caso gatillo fácil en barrio Ludueña
Familiares de Carlos Gauna se reunieron con el ministro de Gobierno. Preocupa la demora de una pericia

Familiares de Carlos Gauna, un muchacho que murió hace casi tres meses en un oscuro episodio protagonizado por policías del Comando Radioeléctrico en un terreno baldío de barrio Ludueña, se reunieron ayer con el ministro de Gobierno de la provincia, Esteban Borgonovo, a quien le pidieron por el esclarecimiento total del caso y que se apliquen sanciones al agente policial que mató al joven, como también a quienes "pretendieron encubrirlo".
"(El ministro) nos dio esperanza de que la investigación llegue a buen puerto", comentó tras el encuentro Antonia Novatti, abuela del muchacho fallecido. Carlos Gauna murió el 8 de agosto por un disparo efectuado por un agente del Comando Radioeléctrico que había acudido por una alarma de robo en Larrea al 500.
La muerte del muchacho se produjo cuando el agente del Comando, de apellido Blanco, junto con otro compañero se disponía a perseguir a dos supuestos ladrones que habrían intentado ingresar en la vivienda particular. Según la versión que brindó la policía, los presuntos delincuentes huían por un terreno baldío lindero con la vivienda y cubrieron su fuga con un disparo de arma de fuego. Blanco le dio en la cabeza a Gauna, quien murió en el acto.
Los familiares y amigos de la víctima sostuvieron que Carlos era ajeno al intento de robo y que se encontraba en ese descampado porque había ido a buscar una pelota de fútbol que había caído allí. Un dato de la vida de Gauna pone en duda la hipótesis del intento de robo: el chico ultimado conocía a uno de los hijos del dueño de la casa, con quienes solía jugar al fútbol en un club de barrio. Además era reconocido como una persona querido en la zona y con un pasado intachable.
"Venimos para pedirle al ministro que investigue porque no hubo enfrentamiento. Lo ejecutaron y le plantaron un arma para hacer pasar todo por un tiroteo", coincidieron en señalar Gladys y Omar Gauna, los padres de Carlos, y Cristina Avalos, una amiga del barrio.
Los familiares también expresaron su preocupación por la demora en la entrega de los resultados del dermotest, la pericia que detecta rastros de pólvora en las manos del muchacho muerto y que revelaría que la víctima no efectuó ningún disparo. Interviene en el caso el juez Luis Caterina.


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