Pablo F. Mihal / La Capital
Si bien desde principios del siglo XX se realizaban en aguas del Paraná distintas competencias, la práctica del remo en el río marrón se intensificó a finales de los años 20, cuando por un desprendimiento de Rowing Club nacen los clubes Regatas Rosario en 1917 y Remeros Alberdi en 1919. Por esa época el remero rosarino Justo Pellejero integró el ocho argentino que compitió en los Juegos Olímpicos de París en 1924, pero el verdadero crecimiento del remo local se produjo casi 15 años después con la llegada a Rosario del recientemente fallecido Mario Robert, hecho luctuoso ocurrido hace poco más de un mes. El Cana, como se lo conocía a Robert, se instaló en la ciudad en 1942 y cuando lo hizo ya traía entre sus pergaminos un campeonato argentino y otro sudamericano que había ganado para el Club Regatas de Santa Fe, su ciudad natal. Lo curioso es que cuando Robert se radicó en Rosario comenzó a explotar otro perfil, el de entrenador, una actividad a la que le consagró más de 38 años y en la que se constituyó en un verdadero símbolo no sólo del Club de Regatas Rosario sino del remo nacional. Contribuyó, por ejemplo, a que la institución del barrio Arroyito se convirtiera en la que más trofeos acumula en su amplia vitrina. Veinticinco gallardetes y premios de honor, 1.500 regatas nacionales, 100 medallas de oro en campeonatos nacionales y medallas de oro en Henley (Inglaterra) en los años 1946 y 1971 son sólo algunas estrellas en una constelación de premios. Robert integró delegaciones nacionales a siete Juegos Olímpicos. En Helsinki, en 1952 consiguió la última presea dorada en remo con Tranquilo Capozzo y Roberto Guerrero en doble par, y en 1972, en Munich, con Alberto Demiddi, el hombre que más satisfacciones le otorgó en su carrera, conquistó la medalla de plata en par remos cortos. En lo que tiene que ver con Campeonatos mundiales, en 1955, en Bélgica, con el bote de dos sin timonel de los hermanos Glusman consiguió la medalla de bronce y en 1969, con Alberto Demiddi en single, la medalla de oro, situación que se repetiría en Saint Catherine en 1970 y en Copenhague un año después. En la historia del remo local Mario Guerci -quien fue quien invitó a Robert a radicarse en Rosario y ser su entrenador- fue la figura preponderante de la década del 40. En la del 50 emergió la de Juan Carlos Gómez, que con 155 pruebas ganadas se convirtió en el remero que más triunfos acumuló. Ya los años 60 fueron sencillamente la década Demiddi, la del remero número uno de la Argentina. Cambiaron los nombres pero en todos los casos estaría vinculada la figura de Robert como entrenador. Casi nada. Mario Robert formó a lo largo de su exitosa carrera 48 remeros olímpicos. En los Juegos Panamericanos, con diez tripulaciones, y con 17 en los Juegos Sudamericanos cosecharon una gran cantidad de medallas de oro. En 1971 el Club de Regatas Rosario representó a la Argentina y de siete pruebas ganó cuatro, ubicándose por tres años como el mejor remo de América. Lejos de ostentar todos sus logros, que fueron muchos, Robert fue un cultor del perfil bajo. Siempre recordaba: "Cuando Demiddi logró el título mundial en Canadá, en 1970, un periodista de la revista El Gráfico escribió al final de una nota «Vayan 5 guitas de gloria para Mario Robert». Para mí, era como si la regata la hubiera ganado yo". El 9 de diciembre de 1998, el Comité Olímpico Argentino lo distinguió en el rubro a "la trayectoria como entrenador". No era para menos. En la historia del deporte nacional nadie, excepto Mario Robert, pudo conseguir tantos triunfos y ponerse de novio con la gloria.
| Mario Robert fue quien obtuvo los mayores halagos. | | Ampliar Foto | | |
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