| | Bulevar Oroño al 3700 Hace cuatro años que le apedrea la casa y la agrede físicamente Agobiante pesadilla a manos de un loco al que la Justicia declaró inimputable
| Isabel Maero vive una persistente pesadilla desde hace cuatro años, cuando por primera vez denunció a un vecino de su barrio por romperle a piedrazos los vidrios de su vivienda de la zona sur. Aquel día, a mediados de 1998, la policía lo detuvo. Pero rápidamente quedó en libertad y desde entonces no dejó de atacar su casa y agredirla físicamente. Muchas veces volvió a caer preso, y otras tantas retornó a la calle porque para la Justicia es "inimputable". Anoche, la mujer de 67 años debió internarse en un sanatorio céntrico para curarse de la infección que le causaron en uno de sus brazos los golpes de este hombre, pero antes de ello le contó su historia a La Capital. "Ya no se qué hacer, no hallo respuesta en la Justicia. El día de la lluvia (por el martes) me agarró en la calle y si no fuera por tres muchachos que me defendieron me molía a palos. Me pegó tres golpes en el brazo que me causaron un edema que se infectó y ahora debo internarme", contó Isabel poco después de llegar al céntrico sanatorio Plaza desde su casa de Oroño al 3700. Todo comenzó cuando Roberto Herrera, tal la identidad del agresor, atacó a pedradas la casa de la mujer. Ocurrió sin razón aparente un día de 1998. Ante ello Isabel llamó a la policía y el atacante fue detenido. Pero para el hombre y sus familiares, domiciliados en Presidente Quintana y Balcarce, esa actitud buchona constituyó el motivo para seguir agrediéndola. "Hice muchas denuncias que fueron a juzgados correccionales pero finalmente el juez (Horacio) Benvenutto lo consideró inimputable y lo mandó a internar. Sin embargo está en la calle y dicen que está loco, pero la que se está volviendo loca soy yo que no se que más hacer", contó la mujer visiblemente consternada. Según Isabel, Herrera no sólo apedrea su casa sino que también la amenaza y la golpea, como esta última vez. Por ello, la última denuncia que presentó en la seccional 15ª fue por amenazas coactivas y llegará a los Tribunales por el fuero penal. "Entonces quizás algo cambie", confía la mujer que la madrugada del jueves, "poco después de las 3.25" sufrió la última pedrada contra el frente de la casa ahora con policarbonato en lugar de los vidrios que una y mil veces debió reemplazar. "No soy la única vecina que sufre las locuras de este hombre. Hay una mujer de Oroño al 3800, Marta, a la que también le rompió los vidrios. Otra gente de la zona vive esta pesadilla pero no se anima a denunciarlo porque los familiares de este Herrera son tan locos como él", contó Isabel. Y para dar cuenta de tales comportamientos, recordó que una vez "al volver de la comisaría con mi hija nos cruzamos con la madre, una tal Edelmira, a la que cuando le planteamos el problema nos empezó a insultar, a golpear el auto y a amenazar. Entonces preferimos irnos. Pero cuando lo hacíamos se tiró adelante del coche para acusarnos de que la habíamos querido atropellar".
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