Elbio Evangeliste / La Capital
Los éxitos van llegando. El fútbol de salón rosarino, después de una impasse de 12 años, volvió a imponer su nombre en el catálogo de los grandes. La ilusión con que viajó el seleccionado santafesino (integrado totalmente por jugadores de nuestra ciudad) al torneo Nacional que se disputó en Corrientes, del 5 al 12 de octubre, tuvo el desenlace esperado. El equipo de Juan José Capillo se aferró al famoso paso a paso y de a poco fue forjando el camino al éxito. El que llegó tras la victoria en la final ante Corrientes por 6 a 4. Y tuvieron que pasar 12 años para volver a alzar la copa, ya que la última vez que Santa Fe había sido campeón fue en 1990, cuando bajo la dirección técnica de Luis Del Ré el seleccionado local logró el título. Desde aquel lejano 1990 se sucedieron varias frustraciones. Pero hoy la realidad es otra. La que otorga el goce natural de haber cumplido el objetivo. "Los más lindo que tengo para contar es que este título sirvió para coronar un trabajo de varios años. La idea fue hacer un plan de trabajo que nos dé resultado en un período no muy largo, aún sabiendo lo difícil que es lograrlo cuando se trata de un deporte amateur", resaltó el entrenador Juan José Capillo en diálogo con Ovacion. Y esa es precisamente la mayor satisfacción, "el hecho de ver que los objetivos que nos propusimos se fueron cumpliendo". Por eso el título fue como la frutilla del postre, más allá de que "necesitábamos salir campeones, ya que en el deporte mandan los resultados y si no hubiésemos logrado el título se podría haber pensado que el trabajo previo no había sido bueno". Una de las virtudes resaltadas por Capillo es que "Rosario participa como selección, a diferencia de la mayoría de los otros equipos, que son representativos de clubes y que actúan también como selecciones. Acá hubo 13 jugadores representando a siete clubes, y eso es mérito extra". -¿Este era "el" torneo al cual le apuntaban? -Sí. Era la necesidad mía, la del cuerpo técnico y de los jugadores base del equipo, ya que se nos venía escapando desde hace varios años. -¿Más allá del título, cómo evaluás el nivel del equipo en el torneo? -Nos pasó al revés que años anteriores. Esta vez arrancamos mal, perdimos el primer partido con Mendoza, pero lentamente le fuimos encontrando la vuelta al equipo y logramos una superioridad sobre el resto. -Hubo algún punto de quiebre en el torneo, un momento en el que jugadores y cuerpo técnico se hayan convencido de que el equipo estaba para campeón? -Sí, en el empate ante Chubut (el último campeón). Ellos venían de ganar en la primera fecha de manera contundente y empezamos perdiendo 2 a 0, pero en el segundo tiempo logramos darlo vuelta en pocos minutos e incluso se les hizo muy complicado empatarnos. -¿Por qué le había costado tanto a Rosario obtener buenos resultados tanto a nivel de clubes como de selecciones? -Es muy sencillo. Durante varios años hubo cuatro o cinco provincias que estuvieron un escalón más arriba. Nosotros llegamos a estar séptimos y a partir de allí nos dimos cuenta de que teníamos que crecer. -¿De ahora en más la autoexigencia será mayor? -Yo siempre digo que lo difícil no es llegar sino mantenerse. De todas maneras este es un deporte amateur y son muchas las variables que hay en juego.
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