-¿Por qué decidiste reponer la obra? -Me parece interesante mostrar algo que ya está hecho, pero con otro planteo. Pina Bausch, por ejemplo, dice que una obra se mantiene viva sólo a través de la representación. Conceptualmente no hay muchas diferencias, pero tiene dos escenas y un monólogo final nuevos. -¿Cuál fue el punto de partida? -La idea original fue hacer una investigación escénica con textos no teatrales de Sam Shepard, Paul Bowles y Thomas de Quincey. A partir de ahí comencé a trabajar sobre la idea de los crímenes y después surgió el tema de la pasión. Si bien Seisenpunto es un grupo de teatro danza, este trabajo es teatro no tradicional, porque no hay danza, sino movimientos cotidianos coreografiados y texto. -¿Cómo se vinculan los personajes? -Empezamos a trabajar sobre cinco mujeres relacionadas por el crimen de un hombre, que nunca aparece en escena. No es un relato tradicional, no aparece claramente el crimen ni el asesino, aunque se comprende que el hombre está muerto. En realidad, se cuenta la abstracción de una historia. -¿Por qué modificar una obra que ya estaba probada? -Había leído “El asesinato como una de las bellas artes”, de De Quincey, y me pareció que se adaptaba a la escena del final que no tenía texto, sino sólo movimiento. Con eso sentí que la obra estaría finalmente madura. -¿La violencia cotidiana actual también influyó en la reposición? -Absolutamente. En la obra hablamos de crímenes cotidianos y la muerte está todo el tiempo en los medios, por pena o por dolor, por pasión o por despecho. También aparece la criminalidad y la pasión ligada al erotismo, filtrados por un humor perverso. -¿El elenco es el mismo? -Sigue el elenco original formado por Adriana Ananía, María Rosa Mognaschi, Griselda Montenegro, Cristina Prates y Ana Varela. -¿Lo pasional en la obra está ligado específicamente a lo femenino? -El resultado lo resumo como lo femenino que estaba oculto; llegó un punto tan intenso en esas relaciones, que terminó en algo criminal. Inclusive hablamos de que lo femenino, en este campo, tiene que ver con las bellas artes, citando a De Quincey; pero el crimen no tiene que ver con una cuestión moral, sino que puede ser estético. -¿Cuál es el signo de lo femenino? -La espera, el reclamo, la insatisfacción por no colmar el objeto de deseo, el despecho, los celos. -¿Hay una lectura feminista o reivindicación de ese lugar subalterno? -No, es un punto de vista femenino, pero tiene que ver con lo esencial de la mujer, que es lo maternal, el amantazgo o el matrimonio. -¿Pudiste controlar a las mujeres? -Fue una relación muy fluida desde el principio, y lo sigue siendo, así que no hubo problemas en ese sentido. -En ningún momento te quisieron matar -No, para nada. Es más: en algún momento las quise matar yo a ellas (risas). "Rojo" va desde hoy y hasta el domingo, a las 21.30, en el Centro Cultural Lavardén
|  El grupo Seisenpunto festeja sus 22 años en el teatro. (Foto: Silvina Salinas) |  | Ampliar Foto |  |  |
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