| | cartas Compromiso con la tarea
| Un decreto del intendente municipal desterró el aberrante Instituto Antirrábico y lo reemplazó por el de Salud Animal. La intención se correspondía con las nuevas condiciones del siglo que comenzaba. Las autoridades del Instituto parecieron considerar que se trataba de un mero cambio de nombres. La reestructuración edilicia y la disposición legal no modificaron las actitudes, ni sensibilizaron el accionar, así como tampoco incentivaron el compromiso de los funcionarios que están a cargo del Instituto. La ausencia de higiene, la falta de atención sanitaria, el hacinamiento de los animales sanos con otros afectados de patologías diversas, confluyen a indicar que la situación que se quiso remediar continúa prevaleciendo en la actualidad. En el anexo I hay perros condenados a la sombra, el frío y la humedad durante los meses de su enclaustramiento. La situación en el anexo II no es mejor. Los canes se debaten entre racimos de garrapatas, en un medio hostil, contaminado, sin árboles y con medias sombras rotas. Las autoridades parecen ignorar las medidas preventivas que deben tomarse para que las plagas no se extiendan por el predio haciendo presa de los animales. No se aplican las fumigaciones no tóxicas y, en cambio, se recurre a inyectables que no son efectivos. Los hechos no ocurren por obra de circunstancias fortuitas, sino porque la esencia del cambio no se ha incorporado al quehacer de los funcionarios encargados de dirigir ambos anexos. Doctor Zamarini, los rosarinos nos sentimos orgullosos de contar en nuestra ciudad con un Instituto Municipal de Salud Animal, pero exigimos que quienes son responsables cumplan con eficiencia y responsabilidad con su tarea, de manera que la letra impresa se transforme en acción concreta y efectiva. Susana Castillo
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