San Pablo y Roma. - La Fuerza Sindical, una de las mayores centrales de Brasil, sorprendió ayer al liberar a sus 1.843 gremios afiliados a apoyar a cualquiera de los dos candidatos a la elección presidencial del 27 de octubre, el socialista Luiz Inacio Lula da Silva y el oficialista José Serra.
La decisión de no apoyar oficialmente a ninguno de los dos aspirantes fue anunciada en San Pablo por el presidente de la entidad, Paulo Pereira da Silva, quien fue candidato a vicepresidente en la primera ronda electoral como compañero de fórmula del opositor Ciro Gomes, del Partido Popular Socialista (PPS).
"Gran parte de los sindicatos, cerca del 70 por ciento, apoyará a Lula, y los demás apoyan a Serra. Pero la Fuerza Sindical tiene una tradición de pluralidad, y no sería justo que una mayoría imponga su posición a la minoría", justificó "Paulinho", como es más conocido en Brasil.
En una reunión realizada antes de la primera ronda de la elección presidencial, celebrada el 6 de octubre pasado, la entidad había decidido apoyar a un candidato de oposición, y se unió en torno al ex ministro de Hacienda Ciro Gomes, quien terminó en cuarto lugar.
Tras la elección, el propio "Paulinho" anunció que, en la segunda vuelta, apoyaría a Lula, por lo que la decisión de ayer sonó como una "marcha atrás" y sorprendió hasta al fundador y ex dirigente de la Fuerza Sindical, el diputado Luiz Antonio de Medeiros. "Eso representa un retroceso.Deberíamos seguir como oposición, con Lula", afirmó.
"No me comparen con Chávez"
Lula, favorito para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del próximo 27 de octubre, rechazó toda comparación con el presidente venezolano Hugo Chávez en una entrevista al diario italiano de izquierda radical Il Manifesto.
"Rechazo tales comparaciones. Es terrorismo electoral", respondió Lula, quien considera que "el antídoto más seguro para evitar descalabros como el de Argentina o Venezuela será la reanudación del crecimiento económico de al menos el 4% al año y los estímulos para que se refuerce el mercado interno".
Tras reiterar que en caso de resultar electo "respetará todos los acuerdos firmados por el actual gobierno", Lula ilustró el "contrato social" para su país. "Propongo un nuevo contrato social para Brasil. Un pacto que reúna alrededor de una mesa de negociación a los sindicatos, los empresarios, la sociedad civil organizada y los movimientos sociales para que juntos adoptemos la reforma estructural que necesitamos ", afirmó Lula.
El candidato brasileño habló del "Brasil que quiere", cuyo primer objetivo -dijo- es "asegurar a toda persona tres comidas al día"."El Brasil de hoy no puede prescindir de la empresa, la tecnología y los capitales extranjeros. Estos continuarán participando en el desarrollo del país", afirmó el ex sindicalista. "Hemos madurado", aseguró Lula a Il Manifesto. (DPA y AFP)