El reconocimiento fotográfico que realizó ayer la militante social Susana Abalo no arrojó resultado positivo, ya que no encontró ningún parecido entre las fotos que le mostró la policía con la cara de la mujer que la agredió brutalmente el jueves pasado en el baño de la Facultad de Derecho.
El trámite se realizó en la Unidad Regional II de Policía y duró una hora y media, donde Abalo estuvo acompañada por su esposo, Eduardo Brunetti.
"No se encontró ninguna foto que se pareciera al fotofit" que confeccionó Susana de su agresora, señaló ayer Brunetti a La Capital.
"Estuvimos una hora y media en la Jefatura, pero finalmente no hubo resultados positivos", sostuvo Brunetti desde su domicilio.
Abalo y su esposo fueron acompañados al reconocimiento por dos oficiales de la comisaria segunda, que los pasaron a buscar por su casa y luego los llevaron de regreso.
Si bien no había muchas esperanzas de que el reconocimiento fotográfico pudiera ofrecer alguna pista sobre la agresora de Abalo, ahora todo queda en manos de la Justicia que lleva adelante la investigación de la causa.
"Hasta el momento no hay ninguna novedad en la Justicia", señaló el esposo de Abalo. Sin embargo, Brunetti supuso que "esta semana puede haber alguna citación para continuar las investigaciones" que deben pasar a la órbita Federal.
En cuanto al estado de salud de Susana, su esposo señaló que se encuentra bien y anunció que hoy volverá a sus clases en Derecho. Brunetti también explicó que "están cicatrizando las heridas y se está reponiendo anímicamente", además de destacar que tiene "mucho apoyo y solidaridad de la gente".
Abalo tiene custodia domiciliaria desde el primer atentado, hace menos de dos meses, y a partir de ahora también será acompañada por la policía a todos los lugares donde concurra.
El esposo de Abalo, dijo que les "extraña" que todavía no haya llamado nadie del gobierno provincial.
Quien sí llamó ayer a Susana fue el arzobispo de Rosario, Eduardo Mirás, para interesarse por su estado de salud y para conocer cómo avanza la causa. El obispo ya se había comunicado con Abalo el mismo día que sufrió la feroz agresión en la Facultad de Derecho.
La segunda agresión
Susana Abalo, quien ya había sufrido un ataque en su vivienda el 21 de agosto pasado, volvió a ser agredida en la mañana del jueves pasado en la Facultad de Derecho, a menos de 100 metros de la sede de la Gobernación. La integrante de la comunidad cristiana Mensajeros de Jesús, que es discapacitada motriz, fue silenciada con una cinta adhesiva sobre la boca por una mujer que le cortó la cara y la golpeó con total impunidad dentro de un baño.\En un primer momento, Abalo responsabilizó políticamente al gobernador Carlos Reutemann y sus sospechas apuntaron hacia el subsecretario de Seguridad, Enrique Alvarez.\En cuando a su agresora (otra persona habría quedado afuera como campana), Susana señaló que fue la misma que la torturó en agosto en su domicilio y pudo reconstruir su rostro a través del método del fotofit.\La militante, de 46 años, había recibido amenazas antes y después del primer ataque, investigado por las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) con el apoyo explícito del ministro de Gobierno, Esteban Borgonovo, quien prometió "redoblar esfuerzos" para aclarar el hecho.
La Ciudad
