Año CXXXV
 Nº 49.631
Rosario,
lunes  14 de
octubre de 2002
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Reportaje
Mabel Ruiz de Kosteki: "Maximiliano es el artista al que no lo dejaron ser"
La madre definió al joven piquetero de la Aníbal Verón asesinado en Avellaneda como "un pacifista"

Eduardo Valverde / La Capital

La mujer habla desde el dolor, pero su voz fluye dulce y cristalina, tan suave y diáfana como según sus palabras fue la breve pero intensa vida de su hijo, Maximiliano Kosteki, un joven al que sólo sostenía sobre este mundo impiadoso el deseo de dedicarse por entero al arte.
Mabel Ruiz, una profesora de inglés de maneras delicadas, nubla sus ojos cuando recuerda a su hijo mayor, asesinado por las balas policiales en la estación de trenes de Avellaneda el 26 de junio último, cuando estaba a punto de cumplir 23 años. Mabel recuerda a Maximiliano como "un pacifista", un "artista al que no lo dejaron ser" y reivindica al movimiento piquetero porque "de no tener nada, han generado trabajo", al tiempo que resalta el hecho de que "están organizados, lo que hace temblar al gobierno" y por eso "los quieren destruir".
Como una manera de mantener vivo el recuerdo de su hijo, Mabel estuvo en Rosario para brindar sus apoyo a los estudiantes que mantienen ocupado el ex Sanatorio Rawson, y en medio del bullicio que campea en el edificio de Sarmiento al 1400 mantuvo un extenso diálogo con La Capital.
-¿Cómo era Maximiliano en su vida familiar?
-Vivía en Glew conmigo y mi otra hija menor, de 17 años. Era muy casero, a pesar de que le gustaba salir y reunirse con sus amigos, fundamentalmente para ir a los recitales de rock o a bailar. Era de los que aman la noche y duermen de día.
-¿Cómo era con sus estudios?
-No le gustaba estudiar. Empezó muchas veces el secundario, pero cuando llegaba a septiembre u octubre dejaba. Su escolaridad más prolongada fue en el Museo Sempere, en Burzaco, donde funciona una escuela con orientación artística, y allí aprendió dibujo, pintura, escultura, grabado y cerámica. También tomó clases de fileteado y le enseñaron la técnica para hacer carteles. El cartel de la puerta de casa y de la biblioteca donde estoy trabajando los hizo él. Ultimamente había estado trabajando también con un letrista y pintó las letras de una carnicería y de una autobomba de los bomberos de Glew. En realidad, Maximiliano es el artista al que no lo dejaron ser. También tocaba la guitarra. Sabía reunirse con sus amigos en la plaza de Glew para hacer malabares.
-¿Cómo y cuándo se acerca su hijo al Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) Aníbal Verón?
-Llega al MTD de Guernica tratando de cobrar un maldito plan Trabajar, esos ciento veinte pesos que no llegó a cobrar nunca y que lamentablemente le costaron la vida. Un amigo de él, a quien encontró un día en la estación de Guernica, le contó que estaba en el MTD de esa localidad y lo invitó a participar.
-Allí comienza su militancia...
-En realidad, no sé si se puede decir que militaba, porque fue tan poco lo que Maxi hizo allí y al mismo tiempo tanto, ya que le costó la vida. Hacía apenas un mes y medio que estaba en el MTD de Guernica. Una de las cosas que hizo fue llevar un tambor que tenía, con el que pensaba hacer un horno para cocer sus piezas de cerámica. Cuando vieron la necesidad de tener un horno para fabricar el pan que se consumía en el comedor comunitario, él llevó ese tambor, y es el horno que está funcionando actualmente en la panadería del MTD.
-Pese al corto tiempo de incorporado, ¿estaba consustanciado con las actividades del MTD?
-Totalmente. Incluso hizo un enrejado para la huerta comunitaria y llevó libros de casa para la biblioteca. También fue a algunas marchas. La primera, cuando la Aníbal Verón concurrió el Día de los Trabajadores a la Plaza de Mayo. Sin embargo, los chicos del MTD me contaron que Maxi ese día se sentó a un costado y dibujó un ángel. Era un joven eminentemente pacifista. Su objetivo era otro, dedicarse al arte. Había ofrecido, cuando comenzara a funcionar el comedor comunitario, enseñarles dibujo y pintura a los chicos que vinieran.
-¿Comparte el ideario de la Aníbal Verón?
-Creo que lo que hacen es muy valioso, porque de no tener nada han generado trabajo. Los piqueteros no son solamente los que van con la cara tapada, queman gomas y cortan rutas. Tienen panaderías, huertas comunitarias, roperos, comedores, merenderos, bibliotecas, brindan apoyo escolar a los chicos. Además están organizados, y eso es justamente lo que hace temblar al gobierno. Por eso es que los quieren destruir.


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