cartas

Nuestro más sincero agradecimiento

Quisiéramos expresar nuestro más profundo reconocimiento hacia aquellos que durante dos años han colaborado y nos han apuntalado en la labor de asistir a nuestro pequeño hijo Francisco. Como sería imposible nombrar a todos los familiares y amigos del alma, dedicamos este espacio a quienes nos brindaron cotidiana e incondicionalmente su excelencia profesional y su calidez y disposición personal en la búsqueda de una mejor calidad de vida tanto para él como para toda nuestra familia. Deseamos también mencionar a los doctores O. Tabacco, F. Vila y S. Galichio, a la señora Susana Saraceno, a los terapeutas y amigos y a todo el personal del Sanatorio de Niños que nos ofrecieron siempre lo mejor. En el mismo sentido a las autoridades, médicos auditores y empleados de Osecac y Amerco, por haber posibilitado sin condicionamientos que nuestro bebé recibiera siempre todo lo necesario y la mejor atención, aun en medio de la profunda crisis actual. Francisco es un ángel con el que Dios quiso honrar nuestro hogar, y en su efímero tránsito por este mundo nos bendijo con un amor incondicional. A todos gracias de corazón.
Noemí De Benedetto y
Adrián Cocimano